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VEN ESPÍRITU SANTO A RENOVAR LA TIERRA

La fe del Concilio Vaticano II confiesa que “la Iglesia… no puede dejar de ser santa. En efecto, Cristo, el Hijo de Dios, a Quien con el Padre y con el Espíritu se proclama el sólo Santo, amó a su Iglesia como su esposa. Él se entregó por ella para santificarla, la unió a sí mismo como su propio cuerpo y la llenó del don del Espíritu Santo para gloria de Dios” (LG 39). La Iglesia es pues “el Pueblo Santo de Dios” (LG 12).

Todos los católicos adultos, ya estamos consagrados al Espíritu Santo por el Bautismo y por la Confirmación. En 1924 y 1925, ante circunstancias especiales, por medio de una plegaria de los Obispos mexicanos, se renovó la consagración; ante circunstancias especiales, también ahora, el pasado 20 de abril, los actuales Obispos mexicanos renovamos dicha consagración en la Basílica de Guadalupe. El día de hoy, 31 de mayo, domingo de Pentecostés, en todo México, serán consagradas las Diócesis. al Espíritu Santo; cada Obispo renovará la consagración de su Diócesis. Aquí en Durango, en las Vísperas de ayer renovamos nuestra consagración. Parroquias y Comunidades lo programarán.
Es verdad, que todos en la Iglesia somos imperfectos, defectuosos y pecadores. Pero también es verdad que estamos llamados a vivir en la santidad de la Iglesia por el Espíritu Santo que es el alma y el santificador de todos.
Por ello, aún teniendo la santidad primera por los Sacramentos de la Iniciación Cristiana, nos ponemos constantemente bajo la acción del Espíritu Santo con repetidas invocaciones y consagraciones para quedar progresivamente mejor dedicados y más disponibles a la acción del Espíritu.
Así pues la renovación de la consagración al Espíritu Santo, es una plegaria de consagración y de dedicación, por la cual de un modo consciente, vivo y personal cada quien renueva su pertenencia a Dios, reconociéndose todo de Dios, renunciando al mal, a los vicios y pecados que nos asechan, como cantamos en un canto popular: “yo soy de Dios, que dulce pensamiento, que llena el alma de celestial ardor; y el mismo Dios morar ansioso quiere en mí tan pobre y frío pecador”.
De donde, todos en la Iglesia, movidos por el Espíritu, hemos de vivir la santidad y comunicarnos unos a otros sus bienes sobrenaturales.
Por el Espíritu Santo que invocamos en la consagración, los Obispos hemos de ser los primeros en tender a la santidad, para comunicar en el ejercicio del ministerio no sólo la gracia de los Sacramentos sino también comunicar la santidad personal.
Igualmente los Presbíteros, que son los próvidos colaboradores de los Obispos en el servicio a la entera Comunidad, han de ser no sólo buenos administradores de los Sacramentos, sino también, buenos canales y buenos comunicadores de la gracia. Por ello, están entre los primeros que renovarán su consagración. Tras ellos los seminaristas.
También los Religiosos y las Religiosas están en primera línea de la renovación, porque ellos son la avanzada de la santidad en la Iglesia.
Así mismo, todos los simplemente bautizados y confirmados, no están exentos; igual y principalmente están llamados a renovar su dedicación y su consagración al Espíritu Santo, porque son los artífices de la transformación de las estructuras temporales.
¡Envía, Señor tu Espíritu y todo será recreado y se renovará la faz de la tierra!”.
Durango, Dgo. 31 de mayo del 2009.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango

CANATLÁN DE LAS MANZANAS

Del 19 al 22 de este mes, de martes a viernes, estuve practicando la Visita Pastoral, en la cabecera parroquial y en las comunidades filiales de la Parroquia de Canatlán. Visité las comunidades filiales de Nicolás Bravo, Santa Lucía, Flores Magón, Pinos, S. José y La Sauceda con las comunidades aledañas a cada una.
En el uso de la palabra, motivé como importante en la Visita Pastoral, que el Obispo salude a todos y que todos saluden al Obispo y le escuchen. Expuse algunos síntomas de descristianización como que muchas parejas no se casan, se dan más separaciones que matrimonios, se da consumo de anticonceptivos, condones y estimulantes; hay en algunas comunidades consumo de enervantes, violencia, inseguridad, extorciones, levantones y ejecuciones. Suceden cincuenta millones de abortos al año en el mundo, se rechaza la moral y se niega a Dios. Ello impone la renovación del Cristianismo superando la abulia, la indiferencia, la flojera moral, siendo cristianos nuevos de hueso colorado y a carta cabal. Por ello la exhortación a la Misión Arquidiocesana y Continental para hacernos discípulos de Cristo y Misioneros de su Evangelio, para renovar y embellecer nuestra Iglesia; a ello ayudará la renovación de la Iniciación Cristiana por los Sacramentos. Ayudará también la consagración de la Arquidiócesis, de las Parroquias, de las Comunidades, de las familias y de los fieles en particular al Espíritu Santo en Pentecostés.
En su conjunto, por su clima, por su tierra, cuatro presas y pozos particulares, forman un hermoso valle y amplia llanura, tierra propicia para producir la manzana más sabrosa del país. Sin embargo, parece que por limitación de agua, se nota que en los últimos años viene disminuyendo la producción de manzana.
Una nota característica de esta Visita, fue haber visitado varias escuelas primarias, secundarias y profesionales: los dos Colegios de religiosos, el COBAED, las Secundarias Mariano Balleza y Jesús Rivas Quiñones el CECYTED de Santa Lucía y el Instituto Tecnológico de Canatlán. En el Tecnológico motivé la posibilidad de que los alumnos se proyecten asesorando a la caja popular para superar sus limitaciones e igualmente que busquen la manera de no emigrar, sino de permanecer en sus lugares organizados en asociación social para emprender iniciativas que eleven el nivel social de la Región. Sin duda que estas visitas fueron posibles, gracias a las buenas relaciones del Párroco con los maestros, pero también a la buena voluntad de los Directores de los planteles. Los alumnos de algunos planteles más que otros se mostraron participativos con preguntas orales o escritas. Se nota una mentalidad y una actitud nuevas, de lo cual felicito al Párroco y a los Directores, y me alegro de ello. Ojalá que los contactos continúen.
Visité Asociaciones de fruticultores, agricultores, apicultores y comisariados ejidales reunidas en las instalaciones de la Unión de productores de manzana. Ahí, en la Eucaristía, motivé que la enseñanza de la Iglesia tiene también una doctrina social, que incluye orientaciones para que la fe, pasando por la liturgia, se proyecte en aplicaciones a la vida diaria; particularmente, comenté la posibilidad de que los fruticultores logren organizarse en una asociación solidaria como caja de ahorro y crédito, producción y consumo.
Visité el hospital de segundo nivel, bastante completo y con buen servicio de atención a las comunidades y a la sierra.
Durango, Dgo. 24 de mayo del 2009.
Héctor González Martíonez
Arz. de Durango

EN EL PALMITO

Los días 12-14 de mayo fue la Visita Pastoral a la Parroquia en formación de Ntra. Sra. de la Asunción de El Palmito, Indé, Durango, jurídicamente erigida por Mons. Juan de Dios Caballero Reyes el 12 de junio del 2002. Civilmente pertenece al Municipio de Indé; eclesiásticamente pertenece al Decanato del Señor de los Guerreros y a la Región Norte
Llegué el martes 12 a las 10. 30 de la mañana, para la recepción con música y adornos por la calle, saludando a un grupo de personas, a una escuela primaria y de lejos a personas que asomaban a sus puertas.
Llegando al templo, hicimos una oración, escuchamos una lectura, prediqué sobre el altar y el templo, bendije al modesto altar del templo parroquial, hicimos unas preses y terminamos con la bendición.
El templo parroquial es reciente pero de mala construcción; en estos últimos tres años, al Párroco actual tuvo que tirar el techo que era de loza de concreto y empezar a techar con estructura de fierro y lámina; todavía le faltan dos tramos; todavía sin ventanas ni puertas; pájaros y murciélagos entran o salen de día y de noche: requiere apoyo.
Las Comunidades son: por el lado de Indé, S. Antonio, Ignacio Allende, Buenos Aires y Las Delicias. Cercanas al Palmito: Los Zarqueños, S. José de Picachos y Torreón de S. Isidro. Por el rumbo de Escobedo: Mojitomé, Casas Blancas, J. José de Barraza y Santa Rita. Cerca de Casas Blancas, se hacen preparativos para explotar una mina. Anteriormente, estas Comunidades, junto con El Plamito, aglutinaban más pobladores; actualmente han ido disminuyendo y entre todas, apenas suman 1200 habitantes; se prevé que sigan disminuyendo. A los actuales descendientes, que quedaron de los que vinieron a construir la presa, les falta arraigo y relaciones humanas.
Casi en el centro destaca la posición que ocupa la presa Lázaro Cárdenas, S. R. H., construida en tiempos de los Presidentes de la República Lázaro Cárdenas 1936 y Manuel Ávila Camacho 1946. Tiene una capacidad de 3.000,000 de capacidad del vaso original o volumen de conservación; más 1.565,000 m3 por elevación de la cortina. Espectáculo singular mirando a uno y otro lado. A lo largo de cinco meses arroja 80 m3 por segundo repartidos en dos túneles. Nuevamente se antoja evaluar la escasa irrigación a su paso por los campos durangueños o también el aprovechamiento de los lugareños para beneficiarse de la pesca. Hay que considerar que los cocoyomes habitaron primero esos lugares.
El Palmito fue constituido como Parroquia en formación, con miras a establecer una Comunidad que se fuera fortaleciendo. Y Ciertamente, aunque al presente aparece débil, junto con sus Comunidades filiales sí se va fortaleciendo; lo veo yo en sus modestos avances materiales y en las relaciones del pastor con los fieles; sin embargo, falta aún.
Ciertamente, falta compromiso eficaz del pastor y de los fieles con las seis prioridades del Plan Diocesano de Pastoral y con las Etapas de la Misión Arquidiocesana y Continental, particularmente con la cuarta Etapa en Curso como Año de la Familia.
Visité tres Comunidades filiales: El Palmito; Los Zarqueños, a donde acudieron de S. José Picachos y Torreón de S. Isidro; Mojitomé, acudiendo Casas Blancas, S. José de Barraza y Santa Rita. Las motivaciones giraron en torno a renovar el Cristianismo y la sociedad, ser cristianos vivos y dinámicos, fortalecer las seis prioridades del Plan Diocesano de Pastoral, entrarle a la Misión, especialmente a la IV Etapa, prepararse a consagrar la propia Parroquia, la familia y la vida personal al Espíritu Santo.
Durango, Dgo. 17 de mayo del 2009.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango

VISITA A SAN BERNARDO

De martes a viernes pasados practiqué la Visita Pastoral a la Parroquia de San
Bernardo, en el Municipio del mismo nombre, afectado por grupos armados de distinto bando en lucha por la supremacía del terreno; de hecho el 20 de febrero hubo una fuerte balacera contra el edificio de la Presidencia Municipal y contra dos casas particulares; todavía nos tocó ver dos vehículos con enseres domésticos preparados para abandonar la población.
De acuerdo a la raíz raramuri, sobre todo los hombres son recios para las cosas de la religión; de hecho, llegué el martes antes de la once de la mañana para la recepción, bendición de vehículos y la procesión hasta el templo, donde celebré la Eucaristía; la mayoría de las personas eran mujeres; pero, en la plaza del pueblo casi toda la mañana estuvieron los hombres adultos mayores esperando que les repartieran el apoyo económico mensual del Gobierno federal.
Por la tarde, me reuní con las personas que participan más, en las cosas de la religión católica. La temática de las exhortaciones fue, renovar el ser cristiano, el ambiente y las instituciones; no dejarse envolver más por el laicismo y la inmoralidad; vencer la tentación de las adicciones; interesarse por la dinámica de la Misión arquidiocesana y continental, especialmente el tema de la familia; prepararse para la Consagración de la Arquidiócesis, de su Parroquia, de las familias y de cada uno al Espíritu Santo.
El miércoles, primero fuimos a Sardinas, población cercana a San Bernardo, gente sencilla, alegre y entusiasta. Luego a la Hacienda de la Providencia, donde fue el evento principal y a donde concurrieron las Comunidades de Matalotes, 20 de abril, Cochineras, Amador, Charco Azul, Pueblo Nuevo y S. Juan de Heredia; Comunidades río arriba del Rio Sixtin. No participaron en ningún evento las Comunidades de Alférez, Los Lobos, Barajas, El Tule, S. Simón, El pájaro y Corral de piedra. A la hora de la comida, se hicieron presentes cuatro elementos de un comando armado, quienes se acercaron a compartir los alimentos y a la bendición de un puente en construcción.
Por la tarde, fuimos a la edificante y fervorosa Comunidad 5 de julio, rezamos el
Santo Rosario, prediqué y bendije la remodelación de la capilla; terminamos con una merienda. Regresando, ya de noche, el comando armado montó un retén en un entronque, para revisar a los transeúntes; pasamos nosotros, nos pararon, nos gritaron que nos bajáramos, nos apuntaban con sus armas largas; cuando respondimos que era el Párroco y el Sr. Arzobispo se calmaron, se disculparon y nos dejaron seguir. A las demás personas que pasaron por ahí, también les sucedió lo mismo.
El jueves, desayuné con el personal del DIF y comí cordialmente en la alameda con el H. Ayuntamiento. Fui a visitar el pueblito de El Colorado y una Mina de fluorita, bendiciendo a unos treinta trabajadores. Me explicaron todo el proceso, desde la extracción, hasta el transporte por medio de un grande y fuerte tráiler que transporta 70 toneladas de material molido y lavado para ser fundido en Torreón.
Por la tarde, celebramos una Hora Santa y una Procesión con una pequeña imagen de Ntra. Sra. de la Paz, por la serenidad y la paz del municipio y de México; rezamos: Dios de la vida, muéstranos tu rostro; Dios del amor y de la justicia, muéstranos tu rostro; Dios de la libertad, muéstranos tu rostro; Dios que estás cerca de nosotros, muéstranos tu rostro; Dios del perdón y de la reconciliación, muéstranos tu rostro.
Durango, Dgo. 10 de mayo del 2009.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango

ECOS DE VILLA OCAMPO

Durante esta semana, de martes a jueves, practiqué la Visita Pastoral a las Comunidades cristianas de la Parroquia de S. Miguel Villa Ocampo, Dgo., Parroquia al norte del Estado limitando con Chihuahua, llamado antiguamente S. Miguel de las Bocas, debido a que por ahí cerca desembocaba en Río Florido que baja desde las montañas de Chihuahua. Ahí donde era la desembocadura del río abajo y del río arriba, ahora está la presa de S. Gabriel. Por la costumbre revolucionaria de cambiar los nombres se le puso Villa Ocampo, pero el uso de la gente es decirle S. Miguel de Villa Ocampo.
Yo había visitado S. Miguel para la fiesta el 29 de septiembre y para las Confirmaciones. Ahora, estuve ahí cuatro días en Visita Pastoral en la que hay sobre todo, el recorrido por las Comunidades, el saludo a la gente y la predicación del Obispo. Esta vez, por las recomendaciones sanitarias del Gobierno federal, se limitó el saludo, pero la gente confía más en la protección de Dios. Queriendo interrumpir la visita, un médico corrió el rumor de que había un caso de contagio de la influenza, pero todo quedó en rumor.
El martes por la tarde, los fieles fueron por mí al templo y nos fuimos en procesión hasta el salón ejidal, donde desarrollamos la sesión con las comunidades del centro, la Eucaristía y la convivencia. La espontaneidad de la gente, cantando, echó de ver que están metidos en la Misión Arquidiocesana, que distinguen las Etapas y que saben los cantos.
El miércoles hicimos un recorrido por las comunidades de arriba del Río Florido; salimos a las 9.30 y regresamos a las 6.20. Son comunidades fervorosas y comprometidas en la Misión. Zigzagueando, por el río seco o mojado, ancho o angosto, llegamos casi a los límites con Chihuahua. El ganado vacuno hace notar que toda esa región norteña tiene vocación ganadera, un poco agrícola y frutícola de membrillos, durazno y nuez. Las comunidades más alejadas manifestaron la necesidad de apoyo para insertarse a la dinámica de la Misión.
Por la noche tuve una cena con comerciantes, agricultores y ganaderos a la que no asistió el Presidente Municipal, pues casi todo el Cabildo vive en Las Nieves, por ser originarios de allá, y un tanto por miedo a los grupos armados. Villa Ocampo es de los pocos Ayuntamientos ganados por la oposición; pero a la autoridad le hace falta más presencia en el Ayuntamiento.
El jueves fuimos a conocer la cortina de la presa de S. Gabriel, que beneficia poco a los lugareños y pasa a irrigar tierras de Chihuahua; me parece desaprovechada la presa en Durango, no hay cultura o política de riego.
Visité el monumento a Nellie Campobello maestra famosa, originaria de Villa Ocampo; en el monumento reposan las cenizas mortales de la maestra. Fui también a visitar el Museo de Pancho Villa en la Ex hacienda de Canutillo, donde se echa de ver el descuido y el abandono; otra vez, la inercia y la abulia que lastiman.
Por la tarde del jueves, en Las Nieves, tuve reunión y Eucaristía con las comunidades de esta parte de la Parroquia
El viernes me dediqué a revisar el Archivo Parroquial.
Resumiendo, me encontré con una Parroquia viva y dinámica, alegre y participativa. Hay grupos de Acción Católica, de Escuela de la Cruz, de Catequistas, de la Vela Perpetua de Misioneros y del Consejo Parroquial. El Templo antiguo dedicado a S. Miguel, se le han hecho mejoras. El Párroco está pendiente de todo. ¡Felicidades!
Durango, Dgo. 3 de mayo del 2009.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango

CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

El ambiente persecutorio, anterior y posterior a la Constitución del 1917, estuvo salpicado por la tradicional inquina de los liberales jacobinos, socialistas y protestantes que figuraban en las filas revolucionarias y alarmados por el florecimiento de la Iglesia Católica. El constituyente José Álvarez dijo en Querétaro que las doctrinas, prédicas y prácticas religiosas católicas sólo eran la manera de apoderarse del poder. En consecuencia, Mons. Mendoza de Durango, estuvo preso en Durango, en Zamora y en Morelia; fue maltratado y sufrió en silencio. En Querétaro, Puebla y México, los revolucionarios pusieron encargados diocesanos a sacerdotes nombrados por ellos. En veintitrés Diócesis, los Sacerdotes fueron total o parcialmente reducidos a prisión. En torno a 1917, catorce religiosos y Presbíteros de distintas Diócesis fueron asesinados. Casi en todas partes, las religiosas fueron arrojadas de sus conventos y muchas de ellas sometidas a ultrajes de la soldadesca, etc., etc. Sólo el Obispado de Cuernavaca se libró de todo ello, por estar en territorio zapatista.
La ola persecutoria siguió en aumento hasta que se generalizó en 1926-1929 con martirios en varios Estados de la República, que nos alcanzaron un buen grupo de Santos canonizados y de otros que aún faltan por venir.
Sintiendo los Obispos la ola persecutoria después de 1917, el 12 de octubre de 1924, como uno de los actos del Congreso Eucarístico nacional, fue la consagración que hicieron de México al Espíritu Santo. Para dar más realce a la consagración y coincidiendo con Pentecostés, los Obispos resolvieron ratificarla cada uno en su Diócesis el 31 de mayo del 1925.
Consagrar un objeto, una persona o una gran Institución, es dedicar algo o alguien a un destino último y final, a Dios, a quien estamos consagrados desde el Bautismo y la confirmación el señorío de Dios en el espacio y el tiempo. Es reconocer que Dios ejerce el señorío supremo sobre personas, objetos e instituciones; es reorientar constantemente nuestro actuar por el Reino y por la gloria de Dios.
Pero, “la presencia del mal en la historia de la humanidad ha sido siempre repetitiva y cíclica, envuelta de tragedia y drama, de lucha y ambición, una y otra vez se impone la ley del más fuerte y se pisotea con gran facilidad la dignidad de la persona humana”. (Mons. Carlos Aguiar Retes, Basílica de Guadalupe, 20 de abril del 2009).
Y así, una vez más, el mal y la violencia nos abruman y rodean. Una vez más somos apremiados a recurrir a Dios Santo, Fuerte e Inmortal, invocando su poder que nos libre de todo mal.
En este marco agradezco a los Sres. Obispos de la Arquidiócesis, a los Sacerdotes, las Religiosas y los Laicos sus muestras de amabilidad, simpatía y solidaridad, Aprecio en lo que vale su sentido de comunión eclesial y cívica.
Muchas personas me comunican su experiencia de sufrimiento y desconcierto; o me preguntan ¿qué hacer?: les anuncio que a fines de mayo renovaremos la Consagración de nuestra Arquidiócesis al Espíritu Santo, y los convoco a renovar nuestra consagración. Y, que cada Parroquia haga lo mismo, en esa fecha o en otra cercana: que la consagración se alargue y se multiplique. Ya nuestros antecesores lo hicieron; nos corresponde ratificar personalmente y de manera nueva, lo que ellos hicieron por nosotros.
Durango, Dgo. 26 de abril del 2009.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango

FELICITACIÓN

En Vísperas de la Semana Santa, el Congreso Legislativo del Estado aprobó una reforma al artículo primero de la Constitución del Estado de Durango, quedando de la siguiente manera:
“El Estado de Durango reconoce, protege y garantiza el derecho a la vida de todo ser humano, al sustentar expresamente que desde el primer momento de la fecundación entra bajo la protección de la ley y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes, hasta su muerte natural, salvo las excepciones que establezca la ley…”.
Aunque, como es explicable, no todos los Diputados votaron favorablemente, de corazón, felicito sincera y ampliamente, al Congreso del Estado y a cada uno de los Sres. Diputados. Particularmente felicito al Sr. Diputado Jorge Herrera Delgado, Presidente del Congreso. Les felicito, porque enseña la Revelación del Antiguo Testamento: “Yahvé me dirigió la palabra en estos términos: antes de haberte formado en el vientre, te conocía; y antes de que nacieras, te tenía consagrado; yo te constituí profeta de las naciones” (Is 1,5) Y el salmista medita: “mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo hecho en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra” (Sal 139,15). En esta Revelación reconocemos la obra de Dios desde la concepción hasta la edad adulta.
En consecuencia el Catecismo de la Iglesia Católica enseña: “la vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales esté el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida” (2270). Desde el siglo I, los documentos eclesiásticos han declarado la malicia moral de todo aborto directamente provocado (Didajé 2,2; Carta a Bernabé 19,5; Carta a Diogneto 5,5; Tertuliano Apología 9).
“Dios, Señor de la vida, has confiado a los hombres la excelsa misión de conservar la vida, misión que deben cumplir de modo digno del hombre. Por consiguiente se ha de proteger la vida con el máximo cuidado desde la concepción; tanto el aborto como el infanticidio son crímenes abominables” (GS 51,3). “El derecho inalienable de todo individuo humano inocente a la vida constituye un elemento constitutivo de la sociedad civil y de su legislación” (Catic 2273). “Los derechos inalienables de la persona deben ser reconocidos y respetados por parte de la sociedad civil y de la autoridad política. Estos derechos del hombre no están subordinados ni a los individuos ni a los padres, y tampoco son una concesión de la sociedad o del Estado: pertenecen a la naturaleza humana y son inherentes a la persona en virtud del acto creador que le ha originado.
Entre estos derechos fundamentales es preciso recordar a este propósito el derecho de todo ser humano a la vida y a la integridad física desde la concepción hasta la muerte” (Donum Vitae). “Puesto que debe ser tratado como una persona desde la concepción, el embrión deberá ser defendido en su integridad, cuidado y atendido médicamente en la medida de lo posible, como todo otro ser humano” (2274) Por ello, “quien procura el aborto, si este se produce, por el mismo hecho incurre en excomunión” sin necesidad de que alguien se la declare. Con esta pena, la Iglesia quiere manifestar la gravedad del crimen cometido.
¡Bien por el Congreso del Estado: que todos aprendamos la cultura de la vida!
Durango Dgo. 18 de Abril de 2009 Héctor González Martínez
Arzobispo de Durango

Substiste la Misión

Desde hace incontables años, sabemos de memoria que la Iglesia es esencialmente misionera; y en años que sí recordamos se hacían diversas promociones misioneras. A su tiempo, el Concilio Vaticano II emitió una frase clave para identificar la Iglesia que Jesucristo fundó: asienta que ella “subsiste en” la Iglesia Católica; me valgo de esta frase para asentar y pregonar que igualmente la Iglesia “subsiste en” la misión.
Este carácter misionero, se manifestó intensamente en los tiempos de nuestra primera evangelización, a cargo de los franciscanos, de los jesuitas, de los juaninos, del clero diocesano inicial y de las religiosas de clausura. Después, tanto por el pasar de los siglos y por la posesión pacífica de la fe católica, como también por los avatares históricos, la evangelización misionera se transformó en atención pastoral, un tanto acartonada y burocrática.
Hasta que en el siglo pasado, la persecución constitucional de 1917, la persecución sangrienta de la Cristiada (1926-1929), el Concilio Vaticano II, los Papas recientes, las cuatro primeras Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano y caribeño y los Planes de la Pastoral de Conjunto nos han venido sacando de la pasividad e impulsando al dinamismo eclesial de la nueva evangelización.
En nuestra Iglesia Arquidiocesana, tenemos un Plan Diocesano de Pastoral publicado por Mons. Antonio López Aviña, el 15 de diciembre de 1986; tenemos el III Sínodo Diocesano también publicado por Mons. Antonio López Aviña, el 28 de octubre de 1989; y tenemos el Plan de Pastoral publicado por Mons. J. Trinidad Medel, el 16 de enero del 2002. Buscando aplicación a estos importantes documentos pastorales y para responder a necesidades apremiantes, con las debidas consultas, en un permanente “Estado de Misión” y bajo tonalidades misioneras, vamos impulsándonos y vamos promoviendo diversos aspectos propuestos o dispuestos en los documentos referidos.
Así, después de diversos preparativos durante el año 2005, abriendo muchos Centros-Misión en sedes parroquiales y en comunidades filiales, durante todo el año 2006, ya promovimos por todas partes de la Arquidiócesis una primera Etapa de la Misión con aspecto kerygmático. Igualmente, durante todo el año 2007, ya promovimos una segunda Etapa con acentos en Iniciación y en Espiritualidad Bíblicas. Somos conscientes de que no alcanzamos a todas las personas; y por tanto, estos acentos serán permanente desafío.
Por ello, sin abandonar los acentos de esas dos Etapas de nuestra Misión, anteayer, día 4 de enero en esta Ciudad y ayer día 5 de enero en la Región Laguna-Durango, el Sr. Nuncio Apostólico, Mons. Christophe Pierre, haciendo presente entre nosotros al Santo Padre Benedicto XVI, inauguró nuestra III Etapa de la Misión, ya con carácter catequético, tomando como base el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica. El Nuncio representa al Santo Padre ante las Diócesis, procurando que sean firmes y eficaces sus vínculos de unidad y caridad; representando al Santo Padre ante el Estado Mexicano, le compete promover y fomentar las relaciones entre la Santa Sede y las Autoridades Civiles.
Gracias, Sr. Nuncio Apostólico, Mons. Christophe Pierre, por su presencia y su participación. Gracias por este fermento humano, cívico y social. Gracias por el impulso evangelizador y misionero para la implantación del Evangelio en tierra durangueña y zacatecana. Gracias, por visitarnos y bendecirnos.
Durango, Dgo. 6 de enero del 2008.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango

EXHORTACIÓN PASCUAL

1.- SALUDO.
En este tiempo central del Año Litúrgico, habiendo conmemorado la Cuaresma y el Triduo Pascual para mejorar nuestro Cristianismo, saludo afectuosamente a feligreses y ciudadanos. Les saludo augurando que hayan transitado por el tiempo litúrgico con pasos de conversión.
Saludándoles en este domingo de Resurrección les ofrezco la presente Exhortación Pastoral sobre nuestra Pasión y Resurrección hoy.

2.- CONTEMPLACIÓN.
A propósito del narcotráfico y la violencia, el día 6 de agosto del 2008, la Arquidiócesis publicó una Exhortación Pastoral por la salud y la vida. A la fecha, la situación no ha mejorado, al contrario se acrecienta; y dicha Exhortación sigue vigente y aún es muy aprovechable; hay que retomarla y sacarle provecho.
Profundizando más, hoy domingo de Resurrección, contemplemos la Pasión del Señor, porque proyecta luz sobre las circunstancias sociales que vivimos.
El profeta Isaías, a distancia de siglos, contempla al siervo doliente: “no tenía apariencia ni presencia; no tenía aspecto que pudiéramos estimar. Despreciado, marginado, hombre doliente y enfermizo, como de taparse el rostro para no verlo. Despreciable, un don nadie” (53, 2-3). Isaías, en el siervo doliente nos ve también a nosotros: “con todo eran nuestras dolencias las que Él llevaba y nuestros dolores los que soportaba” (53, 4).
Y el salmo 22,2-3, pone en boca de Jesús la angustia y el abandono de la pasión “¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? Estás lejos de mi queja, de mis gritos y gemidos. Clamo de día, Dios mío, y no respondes, también de noche, sin ahorrar palabras”.
El profeta Jeremías, en sus sufrimientos corporales, prefigura al siervo doliente: sus enemigos “se apoderaron de Jeremías y lo echaron en la cisterna… que había en el patio de la guardia, descolgando a Jeremías con sogas. En el pozo no había agua sino fango, y Jeremías se hundió en el fango…Ebimélec habló al rey en estos términos: oh mi señor el rey, está mal hecho todo cuanto esos hombres han hecho con el profeta Jeremías”; lo sacaron, y “Jeremías se quedó en el patio de la guardia”. Jeremías encarna al siervo doliente: “Soy el hombre que ha visto la aflicción bajo el látigo de su furor. Me ha llevado y me ha hecho caminar en tiniebla y sin luz. Contra mí vuelve y revuelve su mano todo el día” (Lamentaciones 3, 1-3).

3.-NUESTRA PASIÓN.
La situación que vivimos, como en el caso de Jeremías, se refleja como en un espejo en la Pasión de nuestro Señor Jesucristo. Desde nuestra situación podemos pues acercarnos al Redentor del hombre.
La experiencia personal y comunitaria de la Pasión y Muerte del Señor, se ha recrudecido en nuestra carne mortal. Hace aproximadamente cincuenta años que nuestra vida cívico-social se viene deteriorando, por causas del entorno mundial, principalmente la postmodernidad o pensamiento débil y sus manifestaciones de constructivismo, relativismo doctrinal y moral, reduccionismo moral y ético y el fenómeno de la globalización mundial.
También parece que por el cierre de la frontera norte de México, el narcotráfico se ha replegado a los Estados del norte del país. En consecuencia, ya va para dos años que la inseguridad y la violencia que origina el narcotráfico, se difunden más y más por el país y por nuestros Estados, y nos hacen recordar los años de la mafia de Sicilia o de Chicago.
Los grupos, de narcotraficantes o no, le estiran a la cobija cada quien para su lado, queriendo repartirse el control del territorio. Cada semana se sabe de balaceras aquí o allá, cerca o lejos; se sabe de amenaza de bombas y explosión de granadas, de levantados, de ejecutados y cobro de denuncias. ¡Lástima que muchos tengan oídos sordos o ya se vayan acostumbrando!
Algunos grupos aparecen como antagónicos, destacándose en discutir directamente a sus contrincantes las plazas y los distribuidores: van por los contrarios, los levantan, los ocultan, los masacran, los descabezan y los exponen en la vía pública.
A veces, algunos, de nómadas se van haciendo sedentarios, asentándose en poblaciones grandes y pequeñas. Otros se posesionan del control de los pueblos, suplantando a las autoridades legítimamente constituidas, sintiéndose sus protectores; en pago de ello obligan a la gente a pagar un tributo.
Paralelamente existen partidas que se valen de la confusión, dedicadas simplemente a extorsionar a ricos y pobres. Se consiguen direcciones y haciéndose pasar por Zetas, por la Familia michoacana, la Línea u otros: telefonean exigiendo cantidades en efectivo, pero también en especie, inclusive vehículos o bienes muebles.
Los párrafos anteriores no agotan la descripción del fenómeno; la situación no ha mejorado, antes de vuelve más confusa.. Nuestra situación, nos asemeja a la Pasión y nos hace clamar igual que Jeremías o que el salmista.

4.- LOS PUEBLOS Y SUS AUTORIDADES.
La gente de los pueblos se siente desorientada, desconcertada y en sicosis, sin autoridad competente que ponga orden a tan crítica situación que casi se vuelve caótica.
Algunos pueblos se defienden acudiendo más a los templos y recurriendo a la oración, cavando fosas en el paso de los caminos o alrededor de los poblados, turnándose por casas para dormir juntos, hasta el extremo de dormir en las azoteas de las casas para descansar o para vigilar
La gente se siente desprotegida de sus autoridades, que no han mostrado capacidad y competencia para restablecer la paz pública; vgr. además de esta Ciudad, Sta. María. del Oro, S. Bernardo, Guanaceví, Tepehuanes, Stgo. Papasquiaro, El Salto, Gpe. Victoria, Ramón Corona, Vicente Guerrero, Cuencamé, Súchil, Chalchihuites, S. Andrés del Téul, etc.
La gente también clama por la ayuda de sus pastores, quienes se encuentran en situación parecida, pues también a ellos les ha alcanzado la inseguridad y la extorsión. Ciertamente la religión no es un recurso meramente estratégico para proteger a la población; es poderosa defensa confiando en la mano providente de Dios: “Señor, hazme justicia, defiende mi causa contra gente sin piedad; sálvame del hombre injusto y malvado: Tú, que eres mi Dios y mi defensa” (Salmo 42, 1-2).

5.- ORIENTACIONES Y ORDENAMIENTOS PASTORALES.
Confiando firmemente en la Divina Providencia que nos guarda y protege diariamente, con seguridad de que el Señor nos libra de peligros y enemigos, alentemos nuestra esperanza y cantémosle: “Poderoso es nuestro Dios, Poderoso es nuestro Dios…”; recemos la Coronilla de la Misericordia Divina, por nosotros y por los descarriados; confiemos en las oraciones que diariamente decimos en Misa: “Líbranos, Señor, de todos los males pasados, presentes y futuros…”; recurramos a la antigua plegaria litúrgica invocando a S. Miguel Arcángel; renovemos la devoción al Santo Ángel de la Guarda.
Con la consiguiente seguridad de que también nosotros tenemos poder y algo o mucho podemos hacer, contrarrestemos el narcotráfico, cuidemos nuestras familias, organicémonos solidariamente, acudamos confiadamente a las autoridades, etc.
Las familias, prevengan y protejan a sus hijos; pongan atención al cuidado de ellos. Evítenles los videojuegos propensos a la violencia. Fomenten más la convivencia familiar. Sobre todo aprovechen la formación y el estudio de la IV Etapa de la Misión como “Año de la familia”.
Los Presbíteros, háganse solidarios de sus fieles, no sean ajenos ni sordos; siempre y más en estos tiempos, estén dispuestos a escuchar a su gente y orientarla con la Palabra de Dios.
Las autoridades, tomen en cuenta que la gente desconfía y percibe que las denuncias se filtran, llegando hasta los mismos captores o agresores, quienes luego se vengan. Atiendan pues seriamente las quejas de la gente.
Todos los ciudadanos y todos los creyentes tienen parte de responsabilidad en la atención a la realidad que compartimos. A pesar de la desconfianza y aunque es difícil, con valor civil y religioso, superen el miedo y acudan a la denuncia anónima, haciendo de ello la cultura de la denuncia civil.
Las comunidades diocesana y parroquiales y los Decanatos organicen semanas o jornadas de oración por la paz y otras iniciativas, como la Coronilla al Sr. de la Misericordia. Las Parroquias fomenten permanentemente la salud mental.
Los maestros de escuela, los catequistas de la Iglesia y toda clase de grupos sociales o religiosos participen en la educación preventiva. Expongan la belleza de la creación.
Por lo pronto, para el sábado 18 de este mes, a las 5 de la tarde, el Decanato de Cristo Rey invita a una Peregrinación por la paz, desde el Templo de Analco hasta el templo del Sr. de la Misericordia Divina. Para el domingo 19 de este mes a las 3 de la tarde les Invitaciones a un Rosario por la paz en la Plazuela Baca Ortiz. Para el viernes 12 de junio, la Arquidiócesis peregrinará a la Basílica de Guadalupe, están todos invitados a implorar a la Virgen de Guadalupe en favor Durango y de Zacatecas.
Y todo esto, ¿para qué? Habrá quien vea esas situaciones como irrelevantes o sin remedio; habrá quienes no tengan confianza en el recurso a Dios. Pero los católicos estamos seguros de que el brazo poderoso de Dios ha acompañado siempre la historia del hombre.

6.- ALEGRENSE EN EL SEÑOR RESUCITADO
El Misterio Pascual que incluye la Resurrección, está en el centro del Misterio Cristiano; más aún es el centro de toda la vida de los bautizados. La Resurrección ilumine pues nuestra situación; hagámoslo vivencia y experiencia cristianas.
La Resurrección de Cristo, punto central y básico de la vida cristiana, se constata por el sepulcro vacío, el sudario, las vendas, las apariciones que llevaron a cada uno de los Apóstoles a la convicción de fe: ¡Jesús ha resucitado! Misterio de Jesús que comprende vida, pasión, muerte y resurrección. Y así también la vida humana está entretejida de grandes aspiraciones y de conflictos fuertes: los hombres buscamos el bien, la justicia y la vida, pero tenemos que atravesar por la muerte para alcanzar la vida en plenitud y la eterna felicidad.
“Nosotros somos testigos de cuanto Jesús hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de la cruz; pero Dios lo resucitó al tercer día y concedió verlo, no a todo el pueblo, sino únicamente a los testigos que Él de antemano, había escogido: a nosotros que hemos comido y bebido con Él después de que resucitó de entre los muertos”. (Hech. 10, 39-41).
Y aunque sea como en retazos, también nosotros ejecutamos lo que dice el texto: “nosotros somos testigos” de la vida, pasión y muerte del Señor; experiencia de la entrega y del sufrimiento. Pero, “si el grano de trigo muere da mucho fruto” (Jn. 12, 24) como en el Misterio Pascual del Señor Jesús, también en nosotros, los sufrimientos de la vida presente tienen su coronamiento en luz de Resurrección.
La vida de Jesús es el único criterio para saber cuáles son los bienes de arriba que llevan semilla de eternidad: hacer el bien con sencillez, buscar la justicia, vivir en la verdad y en la sinceridad, atender a los necesitados, sólo en Dios poner nuestra esperanza. Vivir este seguimiento de Cristo, es enfilarnos hacia la Resurrección de Cristo en nosotros, es vida nueva y hombre nuevo.

7.- CONCLUSIÓN.
Oremos por todos los que sufren de variadas formas las consecuencias de esta conflictividad.
Oremos, para que los hermanos descarriados, logren comprender que el misterio del mal ha sido superado por la luz de Cristo; ojalá que se dejen tocar de la gracia redentora y entren en una vida nueva.
Oremos por las autoridades civiles para que alcancen luces y dones de lo alto para su delicado cometido.
Oremos, para que los pastores sigan orando incesantemente “entre el vestíbulo y el altar” (Joel 2,17), escuchen a sus fieles y los dirijan por los senderos de la verdad, de la honestidad, de la justicia y de la santidad.
Cordial y sinceramente, felicito a todos por la Pascua de Resurrección.
Durango, Dgo. 12 de abril del 2009.

Héctor González Martínez
Arz. de Durango

INSEGURIDAD Y VIOLENCIA

Ya va para dos años que la inseguridad y la violencia originadas en el narcotráfico, se han difundido por la República Mexicana y nos hace recordar los años de la mafia de Sicilia o de Chicago. La gente se siente desprotegida de sus autoridades, que no han sido capaces de restablecer la paz pública.
Los grupos, de narcotraficantes o no, le estiran a la cobija cada quien para su lado, queriendo repartirse el control del territorio. Cada semana se sabe de balaceras aquí o allá, cerca o lejos; se sabe de explosiones de bombas, de levantados o ejecutados.
Algunos grupos aparecen como antagónicos, destacándose en discutir directamente a sus contrincantes las plazas o distribuidores: van por los contrarios, los levantan, los ocultan, los masacran, los descabezan y los exponen en la vía pública.
A veces, algunos, de nómadas se van haciendo sedentarios, asentándose en poblaciones grandes y pequeñas. Otros se posesionan del control de los pueblos, suplantando a las autoridades legítimamente constituidas, sintiéndose sus protectores, en pago de ello obligan a la gente a pagar un tributo: vgr. S. Bernardo, Gpe. Victoria, etc.
Paralelamente existen partidas que se valen de la confusión, dedicadas simplemente a extorsionar a ricos y pobres. Se consiguen direcciones y haciéndose pasar por Zetas, por la familia michoacana o por otro: telefonean exigiendo cantidades en efectivo, pero también en especie, inclusive vehículos o bienes muebles.
Estos párrafos no agotan le descripción del fenómeno; pero ciertamente la gente de los pueblos se sienten desorientada, desconcertada y en crisis, sin autoridad competente que ponga orden a esta situación crítica o casi caótica.
Algunos pueblos se defienden, con el recurso a la oración, cavando fosas en el paso de los caminos o alrededor de los poblados, turnándose por casas para dormir juntos, hasta el extremo de dormir en las azoteas de las casas para descansar o para vigilar.
La gente clama por ayuda de sus pastores, quienes se encuentran en situación parecida, pues también a ellos les ha alcanzado la inseguridad y la extorsión. Ciertamente la religión no es un recurso meramente estratégico para proteger a la población; pero sí es un elemento de seria defensa confiando en la poderosa mano de Dios.
Primeramente, alentemos una confianza firme en la Divina Providencia que nos guarda y protege diariamente. Con seguridad de que el Señor nos libra de peligros y enemigos, alentemos nuestra esperanza y cantémosle: “Poderoso es nuestro Dios, poderoso es nuestro Dios…”. Recemos la Coronilla de la divina Misericordia. Confiemos en las oraciones que diariamente decimos en Misa: “Líbranos, Señor, de todos los males pasados, presentes y futuros…”. Recurramos a la antigua plegaria litúrgica invocando a S. Miguel Arcángel. Renovemos la devoción al Santo Ángel de la Guarda.
Con lo consiguiente seguridad de que también nosotros tenemos poder y algo o mucho podemos hacer, abatamos el narcotráfico, cuidemos nuestras familias, oremos por los hermanos descarriados, organicémonos solidariamente, acudamos a las autoridades, etc.
Entrando hoy a los días de la Semana Santa, tiempo para contemplar los misterios de nuestra salvación, ahora tenemos que aplicarla a nuestra situación. Ojalá que los hermanos descarriados, se dejen tocar de la gracia redentora y dejen a los fieles, vivir el ambiente de los días santos. Los pastores oren entre el vestíbulo y el altar.

Durango, Dgo. 5 de abril del 2009.

Héctor González Martínez
Arz. de Durango