El Romanticismo

El Romanticismo es un movimiento cultural, artístico, literario, filosófico y musical, una corriente opuesta a la Ilustración, desarrollada en Europa entre los siglos XVIII y XIX, tildando a la Ilustración de unilateral y alejada de la vida. En Alemania se desarrolla paralelamente al idealismo y es donde adquiere significado.original.
Georg Philipp Friedrich von Hardenberg (1772-1801), define: “el mundo debe ser romantizado. Así, se redescubre su significado original. Romantizar es un potenciamiento cualitativo…. Cuando doy a lo común un sentido más elevado, a lo ordinario un aspecto misterioso, a lo conocido la dignidad de lo desconocido, a lo finito una apariencia infinita, entonces yo lo romantizo”.
En el movimiento cultural y literario con toques filosóficos, denominado Sturm und Drang (tempestad é ímpetu) destacan Johann Wolfgang Goethe y Friederich Schiller. Algunas obras de Goethe, como Fausto llegaron a ser símbolos para los románticos. Goethe ve a la naturaleza como un todo viviente, hasta en sus elementos ínfimos; su concepción del arte está íntimamente unida a la naturaleza: el genio es naturaleza que crea y el arte es como la naturaleza actividad creadora. Con el Cristianismo mantiene una relación ambigua con tendencia a humanizar su contenido sobrenatural.
Schiller, gira en torno al amor por la libertad en todos sus ámbitos político, social y moral. La escuela más alta de libertad es la belleza; su figura del alma bella gozó de éxito en la época romántica: el alma bella cumple el deber con naturalidad espontánea, atraída por la belleza; es el alma capaz de una gracia capaz de armonizar instinto y moral. Descubramos los vuelos románticos de Schiller en el Himno de la alegría en el novena Sinfonía de Bethoven.
Contra la razón ilustrada se exaltaron el sentimiento y la pasión; contra la cultura lo natural y lo instintivo; contra la ley y la constricción, la autonomía y la libertad; contra la regla, la fantasía y la genialidad creadoras. Esto originó algunas figuras típicas: el rebelde, por su rexhazo valiente de toda oprsión y autoridad; el niño, modelo de naturalidad y espontaneidad de sentimientos; el genio, por su capacidad taumaturgica de crear rompiendo cánones o reglas establecidas.
Las reflexiones más interesantes de este movimiento se desarrollaron en torno al arte y a la religión. El arte entendido como forma privilegiada para orientar la existencia humana finita hacia lo infinito. La religión, como pasión de infinito y como sentimiento y experiencia panteísta de lo divino.
A ello se añaden grandes capítulos sobre el clasicismo, la revaloración del sentimiento, el redescubrimiento de lo infinito, el interés por la historia y la tradición, la función del arte como saber de salvación.
Ilustración y Romanticismo no son totalmente opuestos; tienen en el fondo una matriz ideológica común: la autonomía del hombre: se encuentran en las raíces de la cultura contemporánea; el hombre del tercer milenio conserva muchos elementos contradictorios, de las dos corrientes. El romanticismo sustituye la razón por un sentimiento no regulado, que tiende al infinito, que debe probarlo todo, saborearlo todo sin poner límites a sus deseos.
Desde este enfoque, descubrimos que todavía hoy vivimos en el romanticismo.
Durango, Dgo. 11 de mayo del 2008.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango

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