Misionero: constructor y promotor de la justicia y de la paz
Este domingo el Maestro propone a sus seguidores la dimensión básica de la Misión: la Paz. Les ha educado en la renuncia a lo que hacían antes, para enviarlos ahora en su nombre. Él mismo es el primer misionero de la paz, es decir, de la reconciliación entre Dios y los hombres, y ahora Él envía a los suyos a una “experiencia de misión de paz”; les ha invitado al abandono y ahora les muestra claramente la tarea, que debe realizarse según las indicaciones del Maestro, sin ellas la misión puede perder su fuerza: es una misión universal; son enviados delante del Señor, son solo anunciadores, Dios es la única fuente de la paz; las actitudes imprescindibles del misionero: oración constante, anuncio valiente y vivir la pobreza.
En la construcción de la paz y la justicia, a la que todo discípulo debemos colaborar, a través de una sociedad más democrática, transcribo la invitación de los obispos mexicanos: Exhortamos a los fieles católicos, hombres y mujeres de buena voluntad a contribuir a la consolidación de la democracia y a que participen en el proceso electoral en curso y animar a otros a hacerlo. Es importante asumir un estilo de vida democrático y promoverlo cada quien en el ámbito de su competencia. A nuestros hermanos sacerdotes les invitamos a asumir responsablemente su tarea de formación de la conciencia de los fieles católicos, respetar en todo los derechos políticos de la ciudadanía, cuidarse de no identificar su ministerio en favor de los pobres y de la justicia con posiciones partidistas, y fortalecer en los distintos espacios la vida comunitaria, la participación y formas civilizadas de convivencia, fundadas en el respeto a la dignidad de las personas.
A los padres de familia, les invitamos a revisar el estilo de vida familiar para superar las formas autoritarias por formas participativas y, en la medida de lo posible, democráticas. A las instituciones educativas, en especial las de inspiración cristiana, las exhortamos a integrar auténticas comunidades educativas, que más allá de una educación individualista, se hagan responsables de la transmisión y vivencia de las virtudes sociales y políticas. A los comunicadores, particularmente a los que se confiesan católicos, les animamos a vivir su profesión como un apostolado, al servicio de la verdad, del bien común y de la democracia.
A quienes participan en organizaciones de la sociedad civil les alentamos a no desanimarse ante las dificultades y a continuar con renovado entusiasmo su compromiso por fortalecer la subjetividad de la sociedad. A quienes están comprometidos en la actividad política, tanto en la militancia partidista como en puestos de representación y servicio publico y se confiesan católicos, les exhortamos a asumir con valentía, audacia y creatividad, la dimensión ética de la política, a vivirla como caridad social, a impregnar su ambiente de trabajo con una opción decidida por la justicia y por el desarrollo integral de las personas, particularmente las más pobres, así como ser fieles a su conciencia cristiana que les pide la promoción de la dignidad humana y el respeto de la vida en todas sus etapas”.
Invitamos a todos a mantenernos unidos en la esperanza. Creemos en un Dios que tiene un rostro humano y que nos ha amado hasta el extremo y “sólo su amor nos da la posibilidad de perseverar día a día con toda sobriedad, sin perder el impulso de la esperanza, en un mundo que por su naturaleza es imperfecto.” Para ello, impulsamos la oración por nuestra patria, por nuestros gobernantes y por quienes aspiran a serlo, para que el proceso electoral en curso y la participación ciudadana contribuyan a la consolidación de nuestra democracia.
Como Obispos de la Iglesia sabemos que es urgente dar seriedad y credibilidad a la continuidad de nuestras instituciones civiles, defender y promover los derechos humanos, custodiar en especial la libertad religiosa y cooperar para suscitar consensos nacionales en todo lo que sea vital para el bien común de la nación.
Encomendamos a Santa María de Guadalupe, madre de México, los esfuerzos por consolidar la democracia en nuestro país, para que en su casa, que es toda nuestra patria, logremos reconocernos hermanos y vivir en fraternidad.
Que vivamos esta jornada electoral con una gran participación ciudadana, y en la responsabilidad de que se desarrolle en paz y armonía.
Durango, Dgo., 4 de julio del 2010.
+ Enrique Sánchez Martínez
Ob. Aux. de Durango
email:episcopeo@hotmail.com
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