La situación de los niños es un desafío para toda la sociedad: Juan Pablo II
Ante la celebración del día del niño y de la niña, y al festejarlos, porque son el presente y el futuro de nuestra sociedad, también debemos hacer conciencia de lo que está afectando su cuidado y desarrollo.
En esta violencia que se ha desencadenado por el crimen organizado, que no cesa y que, al contrario aumenta, quienes son los mas afectados son los niños y adolescentes, según el análisis de diferentes Organizaciones no Gubernamentales (ONGs), que se han ocupado de este tema. Lo que le interesa al crimen organizado es fragmentar las instituciones públicas, especialmente el gobierno y la familia. Y esto en gran medida lo ha logrado, ya que observamos como se ha debilitado el tejido social. Así ellos tienen el poder y el control. La presencia y el crecimiento del crimen organizado están influyendo de manera notable en la vida de niños y niñas. Qué es lo que ha influido en ellos? Cómo les afecta?
Los homicidios en personas inocentes son uno de los mayores impactos entre la población. Se ha incrementado la tasa de homicidios dolosos contra adolescentes de 15 a 17 años, el aumento fue del 30% en el número de decesos, que pasó de 60 muertes, de enero-abril del 2010, a 84 de enero-abril del 2011 (REDIM, Red por los derechos de la infancia en México)
Existe una gran preocupación por la “narco explotación de que son víctimas niñas, niños y adolescentes socialmente excluidos, son reclutados de manera forzada por la delincuencia organizada. Las bandas de delincuentes han integrado a muchos infantes a sus filas para utilizarlos en sus estructuras como soldados, halcones y vendedores de droga. “La fallida estrategia en contra del crimen organizado y la falta de políticas públicas de cuidado y apoyo a la niñez, han permitido que los cárteles de la droga actúen impunemente como reclutadores de miles de niños víctimas de la pobreza y la desintegración familiar, y dispuestos a todo con tal de ganar dinero u obtener la sensación de pertenencia o identidad que brindan las mafias criminales”.
La participación de infantes en toda la línea de producción y distribución de droga ha dejado en los últimos cuatro años un terrible saldo de más de mil 200 niños asesinados en enfrentamientos entre las bandas rivales que luchan por ganar o mantener sus espacios territoriales. Los menores, cuya vida útil dentro del crimen organizado no sobrepasa los tres años, son previamente adiestrados en el manejo de armas y explosivos en campamentos o ranchos
Estudios de la organización Infancia en Movimiento revelan que tan sólo en 2010 fueron detenidos cinco mil 602 menores de edad por delitos federales. Un 70 por ciento de los casos correspondió a homicidio, secuestro, tortura, tráfico de drogas, robo y lesiones dolosas relacionadas con actividades del crimen organizado.
A la par con el incremento de delitos, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), con datos del Reporte Mundial de Drogas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), informa de un crecimiento exponencial en el consumo de drogas, cuyo valor actual en el mercado nacional supera los ocho mil 780 millones de dólares. El mayor consumo se registra entre jóvenes. Según el reporte, tres millones de mexicanos consumen marihuana, 1.7 millones cocaína y 367 mil son adictos a las anfetaminas. El consumo entre jóvenes alumnos de secundaria y bachillerato aumentó de 14% a 18.3%, alentado por la fácil adquisición que hacen frente a los propios centros escolares, y a la escasa atención de los padres de familia con respecto al comportamiento de sus hijos.
Para algunos especialistas, el narcotráfico es un camino corto para los menores porque son adiestrados para enfrentarse con bandas rivales, y “ellos siempre van por delante”. Muchos de ellos son asesinados por sus propios reclutadores cuando intentan desertar o muestran temor en el cumplimiento de las encomiendas que se les asignan. En Tijuana, se ha hecho un monitoreo entre familias cuyos hijos ingresaron al crimen organizado, y el resultado fue que 90 por ciento murió a manos de rivales o de sus jefes en un periodo no mayor a los tres años. México ocupa el primer lugar entre los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en violencia y abandono infantil. La desintegración familiar y la pobreza extrema que afecta a 55% de los niños menores de 14 años, es caldo de cultivo para que las mafias delincuenciales continúen el reclutamiento a razón de ocho mil menores al año.
Al contexto de violencia que vive la infancia en nuestro país, se suman otras problemáticas como la normalización y justificación social del castigo corporal (maltrato infantil) el cual, es la expresión más común de violencia contra niñas y niños. Cada año, más de 20 mil denuncias de maltrato infantil son comprobadas por el DIF, de los cuales solamente una cuarta parte son presentadas ante el Ministerio público. En 2009, esto representó más de 17,000 casos que quedaron impunes.
El Episcopado Mexicano, en la Exhortación Pastoral “Que en Cristo nuestra paz México tenga vida digna”, al analizar los diferentes “factores que contribuyen a la inseguridad y violencia”, señala: la violencia intrafamiliar, violencia contra las mujeres, violencia infantil, contra los adolescentes y jóvenes, la violencia en las escuelas. Es una realidad en nuestro pueblo.
Hace unos días, las autoridades estatales, al presentar a la sociedad una banda de secuestradores que operaban en la ciudad de Durango, señalaron a uno de ellos como menor de edad. Las autoridades Supremo Tribunal de Justicia del Estado, aceptan como una realidad el reclutamiento de menores en el crimen organizado: “esto es una realidad en algunas partes del estado, ya que los menores son fáciles de convencer para que realicen acciones delictivas. Jóvenes y adolecentes menores de 18 años, son contratados por la delincuencia organizada para realizar secuestros extorciones y tráfico de drogas. En Durango así como en el resto del país, existen casos de menores que han participado en delitos del fuero federal, tal es el caso del “ponchis”, un menor que pertenecía al cartel del pacífico sur, al que se le vinculan varios asesinatos…el robo es el delito que más cometen los menores de edad. En lo que va del 2011, han sido detenidos 200 adolecentes, la mayoría por el delito de robo. La pobreza y la drogadicción, son las principales causas de estos actos.
¿Existe una estrategia gubernamental eficaz para defender a nuestros niños y adolescentes de este ambiente de inseguridad y violencia que ha generado el crimen organizado? Se debe avanzar para adoptar medidas suficientes para combatir la impunidad y frenar la violencia de la que son víctimas niños, niñas y adolescentes, en la familia, la comunidad, o las instituciones que tienen la responsabilidad de cuidarlos. Este es el camino por el que se debe iniciar.
Durango, Dgo., 1 de Mayo del 2011.
+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango
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