Circular 8-2011 Mayo, mes del agua

A LOS PRESBÍTEOS, DIÁCONOS, SEMINARIOS, CASAS RELIGIOSAS Y GRUPOS LAICALES.
Con gozo especial les escribo al final de la Cuaresma, deseando que todos hayamos gustado “cuan admirable es el poder de la cruz y cuan inefable la gloria de la Pasión”, pues “en ella se encuentra el tribunal del Señor, el juicio del mundo y el poder del Crucificado” (S. León Magno).
“El Espíritu del Señor está sobre mí, me ha ungido y me ha enviado para llevar cosas buenas a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor” (Lc. 4, 18-19). Por ello, les escribo la presente en este día de la bendición de los Santos Óleos en nuestra Arquidiócesis, ya que innumerables fieles disfrutamos del perfume de los Santos Óleos; en esta fecha quiero hacer hincapié en la urgencia de que todos lo ungidos seamos agentes de transformación social.
Particularmente quiero referirme al compromiso de todos por administrar razonablemente el consumo del agua. Es de todos sabido que las reservas del agua son limitadas y que según cálculos especializados, desde hace años, vienen advirtiendo a la población mundial que tales reservas alcanzan para unos cincuenta años aproximadamente.
En consecuencia, dentro de cincuenta años, la población mundial sufrirá más que nosotros por la escasez del líquido elemento. Y, nosotros como cristianos hemos de tener sentido social y aprender a usar razonablemente el agua.
En Durango, contamos con el Decreto 377 del Congreso del Estado estableciendo cada año el mes de mayo, como “El mes de la cultura y del uso eficiente del agua”, para “divulgar y llevar a la práctica métodos para su preservación y racional aprovechamiento como parte de la estrategia para implantar la moderna cultura del agua”.
Es claro que el cuidado de la creación nos compromete particularmente a nosotros por las diversas unciones sacramentales. Por tanto confío que la presente despierte nuestro interés y aprovechemos todo momento oportuno para sensibilizar a los fieles; que a través de la evangelización lleguemos a todos los hogares, empresas e instituciones, religiosas o civiles a fin de fomentar en nuestra sociedad valores de respeto y cuidado del agua, y así nuestra Arquidiócesis ayude o influya en esta responsabilidad de todos (cfr, anexo).
“Jesús bajó a Cafarnaúm… y su enseñanza hacía gran impacto sobre la gente, porque hablaba con autoridad” (Lc 4, 31-32).
Con afecto en Cristo, nuestro gran sacerdote

Héctor González Martínez
Arz. de Durango

José de la Luz guerrero Haro
Secretario Canciller

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