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El nuevo Sistema de Justicia Penal en Durango se debe reformar?

En estas últimas semanas se han escuchado algunas voces acerca del nuevo Sistema de Justicia Penal en nuestro Estado de Durango, que se implantó en el 2009 e inició con el primer juicio oral en el 2010. En general la gente no conoce este sistema de justicia penal. Se decía al inicio: “Es un esfuerzo compartido entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como por parte de diversos sectores y organismos de la sociedad civil. Autoridades federales como locales, elogiaron y dieron el respaldo para la implementación de esta Reforma”.
Su objetivo es “eficientizar, abaratar y transparentar el servicio de impartición de justicia a toda la sociedad, tanto para las partes afectadas como para el inculpado”. Beneficios: Soluciones Alternativas o de Justicia Alternativa, en donde podrá existir una solución previa a la consignación frente al Poder Judicial de delitos que afecten solamente intereses de particulares, no al interés público, y que puedan ser resueltos en la Procuraduría General de Justicia, revisados por un juez de ejecución de sentencia. Baja en más del 50% el número de asuntos que llegan al Poder Judicial y que pueden tener un arreglo entre las partes, no se incluyen los delitos graves como homicidios, violación, secuestro, entre otros. La Transparencia, ya que la acusación la realizará el Ministerio Público al juez en audiencia, en donde podrá estar cualquier persona y cualquier medio de comunicación, y de ese asunto no debe de tener conocimiento el juez hasta el día de la audiencia, con la finalidad de evitar cualquier vicio.
Otros beneficios: La Equidad Pública, sólo cuando estén ambas partes podrá iniciar el asunto, para que no exista la percepción de que se arregló con alguno de los involucrados. La Inmediatez, es decir, la presencia obligatoria de que el juez sea quien resuelva frente al acusado o imputado, a su defensor y Ministerio Público, no se podrá delegar a ningún secretario actuaciones judiciales que le corresponden al juez, ya no habrá secretarios. Las videograbaciones no escritas (imágenes y voz), que tendrán candados para que no sean alteradas y estarán bajo el resguardo del Poder Judicial, es el testimonio de las actuaciones de los participantes en un juicio. Se distribuye de una mejor manera el trabajo de los jueces y magistrados, es decir las funciones que no son judiciales las tendrá un administrador y personal de apoyo, que el juez sólo resuelva asuntos judiciales y estará dedicado al 100% en sus funciones de juez. Profesionalismo de todos los participantes en su operación, se requiere invertir recursos para una adecuada administración y procuración de justicia. Hacer realidad la presunción de inocencia: en el momento de que una persona es acusada se le presume inocente, y el Ministerio Público tiene que comprobar su responsabilidad en el delito que le imputa.
A muy poco tiempo hay voces de que el sistema tiene fallas: “Es necesario reformar el nuevo sistema de justicia penal para evitar que los agresores de mujeres queden en libertad… la actual ley deja al agresor regresar con su víctima tan sólo con arrepentirse”. Hay escepticismo respecto a la viabilidad de los juicios orales: “es una buena intención de mejorar las cosas, pero no bastan las buenas intenciones, se requiere dinero para que se tenga una policía científica, eficiente y suficiente, para que investigue y descubra las pruebas de la culpabilidad y para que con esas pruebas se le lleve un juicio a esa persona”.
Hay quejas y señalamientos de parte de los litigantes de “que la impartición de justicia está dominada por serios incumplimientos y la presencia de comportamientos de corrupción que en muchas ocasiones se hacen de manera clara y descarada. No habrá un correcto desempeño del Nuevo Sistema de Justicia Penal si no se cuenta con una actitud vertical y transparente de parte de los servidores públicos”.
Existe preocupación porque “el Nuevo Sistema de Justicia Penal está vinculado de manera clara a un burocratismo abierto, a la dádiva del litigante al funcionario judicial para verse favorecido en sus promociones, y a la facilidad de dar una respuesta judicial sin entender que la responsabilidad de actuar con toda seriedad es uno de los elementos más significativos en la impartición de justicia”. Se reclama un régimen de justicia penal eficiente y que satisfaga a la sociedad para impedir que se enfrente no sólo a la incompetencia de jueces sino también a la compra de voluntades que es otro factor que deforma de manera clara los resultados de la justicia.
Cuando se inició este sistema se tenía la seguridad de su bondad en todos los niveles de gobierno y por eso fue aprobado y se le ha invertido. ¿Serán verdad todas estas voces acerca de las fallas?
Ante esto quiero señalar que los Obispos mexicanos, en la Exhortación “Que en Cristo nuestra paz México tenga vida digna”, (nums. 45-47) ya habíamos advertido que: “Hay disimulo y tolerancia con el delito por parte de algunas autoridades responsables de la procuración, impartición y ejecución de la justicia. Esto tiene como efecto la impunidad, las deficiencias en la administración de justicia (por incapacidad, irresponsabilidad o corrupción). Se ha hecho evi¬dente la infiltración de la delincuencia organizada en instituciones del Esta¬do. Si no hay justicia, se puede delinquir con mayor facilidad. La corrupción es una forma de violencia que, al inocularse en las estructu¬ras de servicio público, se transforma en delincuencia organizada, ya que de manera descarada se impone «la mordida» como condición a los ciuda¬danos para recibir un beneficio o servicio gratuito… El combate a la corrupción es contradictorio, pues las contralorías no son autónomas en su toma de deci¬siones y caen en la complicidad. Esta situación de corrupción instituciona¬lizada hace sentir la necesidad de autonomía en la procuración de justicia… Es urgente superar definitivamente la anti¬cultura del fraude, de los privilegios de unos cuantos y consolidar procesos e instituciones que permitan la representación de toda la sociedad, a través de métodos transparentes y de autoridades legítimamente elegidas a las que la ciudadanía les pueda pedir cuentas de su actuar”.
Ante las fallas de la impartición de justicia, los obispos proponemos y nos comprometemos (núm. 204): Educar para la legalidad porque las leyes legítimas y justas deben cumplirse, y además, es la base y el presupuesto de la convivencia civil. Hacer conciencia sobre la dimensión ética de toda actividad humana, ya que la legalidad tiene su motivación radical en la moralidad de la persona. Proponemos una ética racional, co¬herente con el humanismo del Evangelio y orientada a alcanzar la paz. Impulsar la formación cívica y política básicas, fundada en las gran¬des afirmaciones de las ciencias y la ética políticas. Reconocer que vivir en un Estado de Derecho nos exige actuar dentro del marco de la ley. El respeto de las nor¬mas y de la autoridad legítima nos garantizará paz, orden y progreso. Reformular, por la vía democrática, las leyes que nos lle¬ven a la consolidación de una sociedad más humana y jus¬ta en la que haya condiciones para que todos tengan una vida digna. Educar en el sentido de la legalidad éste no se improvisa, exige un proce¬so educativo.
Pero la legalidad y la justicia es tarea de todos, particularmen¬te de la familia, de la escuela, los espacios de animación juvenil, de los medios de comunicación, de las instituciones públicas y de la sociedad civil, de los partidos políticos.

Durango, Dgo., 30 Enero del 2011.
+Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

email:episcopeo@hotmail.com

Reflexión dominical IV Domingo Ordinario; 30 enero de 2011 Bienaventurados los pobres

Leemos hoy, del profeta Sofonías: “busquen al Señor, ustedes todos, pobres de la tierra, que cumplen sus órdenes; busquen la justicia y la humildad, para ponerse a cubierto el día de la ira del Señor. Haré permanecer en ti, Israel, un pueblo humilde y pobre; confiará en el nombre del Señor el resto de Israel”.

Dios ha elegido lo que en el mundo es necio, para confundir a los sabios; Dios ha elegido lo que en el mundo es débil para confundir a los fuertes; Dios ha elegido lo que en el mundo es bajo y despreciado y lo que es nada, para reducir a nada las cosas que son, para que nadie se gloría delante de Dios. Leer más

Unidos en la enseñanza de los apóstoles, la comunión fraterna, la Eucaristía y la oración

Esta semana del 18 al 25 de enero, la Iglesia nos invita a unirnos todos los cristianos, primero para orar por la Unidad de los Cristianos y también para trabajar por ella. Para construir la unidad, la oración debe estar en el centro, esto quiere decir que la unidad “no puede ser simplemente un producto de la actividad humana; es ante todo un don de Dios. La unidad no la construimos nosotros, sino Dios, viene de Él, del misterio trinitario».
Hace dos mil años, los primeros discípulos de Cristo reunidos en Jerusalén tuvieron la experiencia de la efusión del Espíritu Santo en Pentecostés y han estado reunidos en la unidad que constituye el cuerpo del Cristo. Los cristianos de siempre y de todo lugar ven en este acontecimiento el origen de su comunidad de fieles, llamados a proclamar juntos a Jesucristo como Señor y Salvador. Aunque esta Iglesia primitiva de Jerusalén ha conocido dificultades, tanto exteriormente como en su seno, sus miembros han perseverado en la fidelidad y en la comunión fraterna, en la fracción del pan y en las oraciones. No es difícil constatar que la situación de los primeros cristianos de la Ciudad Santa se vincula hoy a la Iglesia de Jerusalén. La comunidad actual conoce muchas alegrías y sufrimientos que fueron las de la Iglesia primitiva: sus injusticias y desigualdades, sus divisiones, y también su fiel perseverancia y su consideración de una unidad mayor entre los cristianos.
Hoy debemos luchar por la unidad incluso en las grandes dificultades. Hacer esto, nos muestran que la llamada a la unidad debe ir más allá de las palabras y orientarnos de verdad hacia un futuro que nos haga anticipar la Jerusalén celestial y contribuir en su construcción. Tenemos la responsabilidad de transformar nuestras divisiones, éstas son fruto de nuestros actos. Debemos iniciar por nuestra oración, debemos pedir a Dios transformarnos a nosotros mismos, es posible que nuestra propia soberbia impida la unidad y nosotros seamos el principal obstáculo.
La llamada a la unidad invita a todos los cristianos a redescubrir los valores que constituyen la unidad de la primera comunidad cristiana de Jerusalén (Hechos 2, 42ss) y que son un desafío para nosotros. La experiencia de los orígenes de la primera Iglesia de Jerusalén, nos invita a una vuelta a los fundamentos de la fe; nos invita a recordar los tiempos en que la Iglesia no estaba dividida. Debemos meditar las características más destacadas de la comunidad primitiva cristiana: lo primero que transmitieron los apóstoles fue la Palabra, dice el Papa Benedicto «también hoy, la comunidad de los creyentes reconoce en la referencia a la enseñanza de los Apóstoles la norma de la propia fe: todos los esfuerzos por construir la unidad entre todos los cristianos pasa por tanto a través de la profundización de la fidelidad al ‘depositum fidei’ (depósito de la fe), que nos han transmitido los apóstoles»; la comunión fraterna (Koinonia), es ”la expresión más tangible, sobre todo para el mundo exterior, de la unidad entre los discípulos del Señor. La historia del movimiento ecuménico (iniciativas a favor de la unidad de las confesiones cristianas), está marcada por las dificultades e incertidumbres, pero también es una historia de fraternidad, de cooperación y de compartir humano y espiritual, que ha cambiado de manera significativa las relaciones entre los creyentes en el Señor Jesús: todos estamos comprometidos a continuar por este camino»; celebraban la Eucaristía o fracción del pan, en memoria de la Nueva Alianza que Jesús realizó a través de sus sufrimientos, muerte y resurrección. «La comunión en el sacrificio de Cristo es la culminación de nuestra unión con Dios y por lo tanto también la plenitud de la unidad de los discípulos de Cristo, la comunión plena». El hecho de que los demás cristianos no compartan con nosotros la mesa eucarística, debe llevarnos a los católicos a darle una dimensión penitencial a nuestra oración y nos debe llevar también a comprometernos con mayor generosidad, para que un día, eliminados los obstáculos de la plena comunión, sea posible reunirnos alrededor de la mesa del Señor, partir juntos el pan eucarístico y beber del mismo cáliz; y la ofrenda de la oración continua, dice el Santo Padre “rezar significa abrirse a la fraternidad que deriva del ser hijos del único Padre celestial y estar dispuestos al perdón y a la reconciliación».
Aquellos primeros cristianos de Jerusalén, nos enseñan y nos invitan hoy, en todos los campos de la vida cristiana especialmente en el esfuerzo por la Unidad de los Cristianos, a “ofrecer un testimonio fuerte, fundado espiritualmente y sostenido por la razón, del único Dios que se ha revelado y nos habla en Cristo, para ser portadores de un mensaje que oriente e ilumine el camino del hombre de nuestro tiempo, a menudo sin puntos de referencia claros y válidos… por eso, es importante crecer cada día en el amor mutuo, comprometiéndose a superar aquellas barreras que aún existen entre los cristianos: sentir que hay una verdadera unidad interior entre todos los que siguen al Señor; colaborar todo lo posible, trabajando juntos en las cuestiones aún abiertas: y, sobre todo, ser conscientes de que en este itinerario el Señor debe ayudarnos todavía mucho, porque sin El, sin ‘permanecer en Él’ no podemos hacer nada».

Durango, Dgo., 23 Enero del 2011.

+ Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

email:episcopeo@hotmail.com

III Domingo Ordinario; 23 de enero del 2011 Jesús, Luz del mundo

Hoy en la primera lectura el profeta Isaías empieza presentando el cuadro oscuro de la ocupación asiria.: “en el pasado, el Señor humilló la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí”. Pero, en el año 732 fue anunciada la liberación a los habitantes de los territorios ocupados por Asiria: “en el futuro el Señor, volverá glorioso el camino del mar… el pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz; sobre aquellos que habitaban en tierra tenebrosa brilló una luz. Haz multiplicado el gozo y has aumentado la alegría”, porque se ha instaurado el reino de la libertad y de la paz. Leer más

Circular 1/2011 Convocatoria a los laicos

A LOS GRUPOS Y MOVIMIENTOS DIOCESANOS DE LAICOS, A LOS GRUPOS PARROQUIALES Y A LOS COLEGIOS CATÓLICOS,

Iniciando este año 2011, que el Señor Dueño del tiempo nos concede, les auguro que la gracia de lo alto, les acompañe en sus personas, en su convivencia familiar, en sus trabajos personales o familiares y en sus compromisos sociales.

En seguida, les comunico que, este viernes, día 14 de enero, tuvimos en la Arquidiócesis un arranque gozoso y satisfactorio de la V Etapa de nuestra Misión Arquidiocesana. Nos reunimos en el Seminario Mayor, 103 personas como Consejo Diocesano de Pastoral, convocadas para compartir el tema sobre la Iniciación Cristiana,los Obispos, los Vicarios de Región, los Decanos, algunas Religiosas y la mayor parte Laicos de los Movimientos, de las Parroquias y del CODAL. Todo terminamos gratamente agradecidos al Buen Dios que no permitió convivir y compartir experiencias y pareceres para el futuro de nuestra Arquidiócesis. Los frutos fueron altamente positivos y favorables en orden a la consulta presentada.

Ahora, con el mismo objetivo de sembrar la idea en círculos concéntricos hacia los sectores y rumbos de nuestra Iglesia Local, tocará cultivar la semilla en el ámbito presbiteral, los días del 31 de este mes al 4 de febrero, en la Asamblea a anual del Presbiterio. En esa ocasión nos visitará el Sr. Cardenal Norberto Rivera para dar un tema y para celebrar la Eucaristía; también para felicitarlo en nombre de la Arquidiócesis por sus Bodas de Plata Episcopales, celebrados el 23 de diciembre.

Luego y con el mismo motivo de asegundar la siembra, el día 12 de febrero tendremos una concentración de laicos por un día de las 9.30 de la mañana hasta las 4 de la tarde, en la Velaría, para concientizarles y motivarles sobre la Iniciación Cristiana, y comprometerles como agentes multiplicadores de esta temática para la V Etapa de la Misión, para que el tema vaya bajando como lluvia y humedezca el terreno para la siembra de la semilla; así podremos esperar abundantes frutos de mejores cristianos, como de la discípulos de Jesucristo y misioneros del Evangelio. Nos visitará el Sr. Nuncio Apostólico. En consecuencia, por las presentes convoco a todos los afiliados a sus asociaciones a participar en esta importante congregación eclesial; aprovechen toda ocasión para invitar a amigos y familiares a reunirnos como Iglesia Católica que atrae, ora e intercede por nuestra Evangelización, que pide perdón por los pecados personales y sociales y canta las alabanzas al Señor.

Invita, Atrae y Ora.

Durango, Dgo., 17 de enero del 2011.

Aftmo. En Xto. Héctor González Martínez
Arz. De Durango

P. Manuel Olvera G.
Vicario de Pastoral

Comunidades Seguras? Un proyecto que nos involucra a todos

El diagnóstico respecto a la delincuencia y la inseguridad, es que nos encontramos en un “agudo proceso de descomposición social, que se manifiesta en una creciente e incontrolable violencia y una insuficiencia de las instituciones para detenerla”, a esto nos enfrentamos cotidianamente los mexicanos. Esto trastoca de raíz uno de los elementos básicos de lo que es y significa la vida en sociedad, dar seguridad a sus miembros. La preocupación más importante de los mexicanos es su seguridad, esto muestra una profunda insatisfacción con la manera en que la sociedad está organizada, quiere decir que ha dejado de ser funcional para los individuos que la conforman; es urgente un nuevo pacto social para que la sociedad tenga la posibilidad de una reestructuración.
Al hablar de comunidad segura se subraya que es una “propuesta orientadora de acciones que pretenden construir espacios sociales, en donde quienes los ocupan se reconozcan, tanto objetiva como subjetivamente seguros”. Se trata de que mediante la coordinación de todos los niveles de gobierno y de la sociedad civil, se fortalezca la estrategia de seguridad con programas de empleo, de combate a la pobreza, de educación, salud y prevención de adicciones, con la participación activa de la sociedad y gobierno.
El concepto de Comunidades Seguras emerge durante la Primera Conferencia sobre Prevención e Lesiones y Accidentes, en Estocolmo, Suecia, 1989. De esta forma se establece que “Todos los seres humanos tienen un derecho igualitario a la salud y la seguridad”. Este concepto fue retomado por la Organización Mundial de la Salud en su estrategia de Salud para Todos. Una comunidad puede definirse como: un área geográfica delimitada, como grupos con intereses comunes, como asociaciones profesionales o como los individuos quienes proveen servicios específicos en un lugar. Es fundamental que la comunidad pueda establecer un contexto para construir relaciones entre sus miembros, organizar intervenciones comunitarias y obtener resultados.
El término Comunidades Seguras implica que la comunidad aspira lograr la seguridad mediante una aproximación estructurada. Los métodos creativos de educación y cambios ambientales, conjuntamente con la legislación y el control apropiados, son un importante inicio para la seguridad en la comunidad. Ninguna intervención individual, es suficiente para cambiar los comportamientos existentes en las comunidades. Los medios de comunicación pueden ser una herramienta poderosa para incrementar la conciencia pública sobre el problema.
Hace unos días se puso en marcha en Durango un programa de “Comunidades Seguras” y “Policía Estatal Acreditable”, con la idea de trabajar bajo una sola visión, todos los niveles de gobierno (federal, estatal, municipal) y la sociedad civil; “no caben las diferencias políticas o de partidos, es un asunto que exige y merece el esfuerzo, la responsabilidad y la participación de todos, para atender con eficacia la mayor exigencia de las familias y el mayor desafío para el Estado mexicano, se trata de un tema en el que todos somos corresponsables directos. Esta es una lucha de la República, de sus instituciones y de la sociedad entera; y no hay excusa para desatender esta responsabilidad, es la hora de asumir la parte que nos toca, sin reservas y sin pretextos… En Durango y en México se puede recuperar la seguridad, si hay capacidad de transitar de la competencia política, a la cooperación institucional, de la concentración de la riqueza, a la generación de oportunidades para todos y de la exclusión a la inclusión social”.
Los obispos de México, cuando hablan de construcción de la paz nos dicen:”La respuesta a los desafíos de la inseguridad y la violencia no puede ser sólo responsabilidad de la autoridad pública, sino también de los ciudada¬nos que asumen su responsabilidad social y que, de manera individual o asociados, asumen sus compromisos y obligaciones para con los miembros de la sociedad a la que pertenecen constituyendo lo que llamamos la socie¬dad civil responsable… La sociedad civil actúa normalmente en el campo público en función del bien común, no busca el lucro personal, ni el poder político o la ad¬hesión a algún partido. Actualmente se considera que el bien común consiste principalmente en la defensa de los derechos y deberes de la per¬sona humana”.
Seremos capaces como sociedad, de organizarnos para alcanzar juntos el bien común de la paz y la seguridad?

Durango, Dgo., 16 Enero del 2011.

+ Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

email:episcopeo@hotmail.com

REFLEXION DOMINICAL II Domingo Ordinario; 16-I-2011

En la lengua aramea se usa la misma palabra para decir siervo (servidor) y para decir cordero. Diciendo pues hoy el Evangelio de S. Juan, “este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” equivale a decir con Isaías: “fue maltratado, él se humilló y no dijo nada, fue llevado cual cordero al matadero, como una oveja que permanece muda cuando la esquilan… El justo, mi servidor, hará una multitud de justos, después de cargar con sus deudas” (Is. 53, 7. 11).

En la primera lectura de hoy, Isaías amplía el pensamiento de Dios: “Israel, tu eres mi siervo, en el que manifestaré mi gloria”. Cuando los exiliados de Babilonia regresaban a la patria, Israel es llamado siervo, como expresión del pueblo elegido y como instrumento para revelar la presencia dinámica de Dios en la historia de Israel; primeramente con una misión limitada a los sobrevivientes y en seguida con misión universal, como luz de las naciones y salvación de Dios para todos los hombres. Leer más

VI domingo ordinario; 13-II-2011 La nueva ley

Hoy, leemos en la primera lectura, tomada de las tradiciones y enseñanzas de los sabios del AT: “si quieres, observarás los mandamientos; el ser fiel dependerá de tu buena voluntad… delante de los hombres están la vida y la muerte; a cada uno le será dado lo que escoja”. Esta sabiduría revelada es una solemne afirmación de la libertad humana, que explica el pecado. Elegir el querer divino es elegir la vida; oponerse es elegir la muerte. Leer más

Jornada del migrante y del refugiado: una sola familia de hermanos y hermanas

El próximo domingo 16 de Enero, la Iglesia celebra el “Jornada mundial del migrante y del refugiado”, y es oportuno reflexionar sobre el mensaje que el Papa Benedicto XVI nos ha regalado para la ocasión. La Organización de las Naciones Unidas lo celebra el 18 de diciembre. Se ha agudizado la crisis migratoria en México, en los últimos meses hemos escuchado noticias constantes de deportaciones masivas y asesinatos en todo lo largo y ancho de la frontera norte con Estados Unidos, pero también la crisis por los inmigrantes desde la frontera sur, especialmente con Guatemala: explotación, corrupción, asesinatos, etc. A nivel del Estado de Durango, volteamos hacia el norte, porque casi todos tenemos familia o amigos en USA. “El sueño americano dista mucho de ser uno en la vida real; cada día es más precaria la calidad de vida de muchos migrantes que viven en Estados Unidos, sobre todo los indocumentados, con rezago en servicios de salud, educación y violación a sus derechos, denuncia la organización Durango Unido en Chicago… La cacería contra los migrantes en Estados Unidos acentúa la caída de las remesas: el estado de Durango registró en el último corte de 2010 ingresos de divisas por esta vía por el orden de los 284.8 millones de dólares, 83.27 millones menos que en el año de 2007 cuando lograron su mayor auge, lo que representa una disminución del 16.73 por ciento, y 3.9 millones menos que en 2009, así lo reveló el Banco de México (Banxico). El estado de Durango es el cuarto expulsor de connacionales hacia el vecino país del norte y cuyas remesas que envían constituyen un fuerte apoyo para sus familias radicadas aquí… Las deportaciones masivas y redadas de indocumentados son ya un grave problema y no podemos ser omisos, porque sólo en 2010 se registraron 392 mil deportaciones y este año se anticipa una meta de 404 mil”.
En este tema la Iglesia católica ha manifestado constantemente una solicitud por los que viven la experiencia de la migración: Es un fenómeno que impresiona por sus grandes dimensiones, por los problemas sociales, económicos, políticos, culturales y religiosos que suscita, y por los dramáticos desafíos que plantea a las comunidades nacionales y a la comunidad internacional. Podemos decir que estamos ante un fenómeno social que marca época, que requiere una fuerte y clarividente política de cooperación internacional para afrontarlo debidamente… Ningún país por sí solo puede ser capaz de hacer frente a los problemas migratorios actuales. Todos podemos ver el sufrimiento, el disgusto y las aspiraciones que conllevan los flujos migratorios. Como es sabido, es un fenómeno complejo de gestionar (Caritas in veritate, no. 62).
Nos invita el Papa a aprovechar “la oportunidad de reflexionar sobre el creciente fenómeno de la emigración, de orar para que los corazones se abran a la acogida cristiana y de trabajar para que crezcan en el mundo la justicia y la caridad, columnas para la construcción de una paz auténtica y duradera. El tema que el Papa escogió es “Una sola familia humana”, inspirado en Jn 13, 34: “Que, como yo los he amado, así se amen también ustedes los unos a los otros”, es la invitación que el Señor nos dirige con fuerza y nos renueva constantemente: si el Padre nos llama a ser hijos amados en su Hijo predilecto, nos llama también a reconocernos todos como hermanos en Cristo. Una sola familia de hermanos y hermanas en sociedades cada vez más multiétnicas e interculturales, para encontrar una convivencia serena y provechosa en el respeto de las legítimas diferencias. No vivimos unos al lado de otros por casualidad; todos estamos recorriendo un mismo camino como hombres y, por tanto, como hermanos y hermanas.
El camino es el mismo, el de la vida, pero las situaciones que atravesamos en ese recorrido son distintas: muchos deben afrontar la difícil experiencia de la emigración, en sus diferentes expresiones: internas o internacionales, permanentes o estacionales, económicas o políticas, voluntarias o forzadas. En algunos casos las personas se ven forzadas a abandonar el propio país impulsadas por diversas formas de persecución, por lo que la huida aparece como necesaria. La globalización no es sólo un proceso socioeconómico, conlleva también una humanidad cada vez más interrelacionada, que supera fronteras geográficas y culturales. En una sociedad en vías de globalización, el bien común y el esfuerzo por él han de abarcar necesariamente a toda la familia humana, es decir, a la comunidad de los pueblos y naciones, dando así forma de unidad y de paz a la ciudad del hombre, y haciéndola en cierta medida una anticipación que prefigura la ciudad de Dios.
La Iglesia le reconoce a todo hombre, la posibilidad de salir del propio país y la posibilidad de entrar en otro, en busca de mejores condiciones de vida. Al mismo tiempo, los Estados tienen el derecho de regular los flujos migratorios y defender sus fronteras, asegurando siempre el respeto debido a la dignidad de toda persona humana. Los inmigrantes, además, tienen el deber de integrarse en el país de acogida, respetando sus leyes y la identidad nacional. Se trata, pues, de conjugar la acogida que se debe a todos los seres humanos, en especial si son indigentes, con la consideración sobre las condiciones indispensables para una vida decorosa y pacífica, tanto para los habitantes originarios como para los nuevos llegados.
Es preciso considerar la situación de los refugiados y de los demás emigrantes forzados, que son una parte relevante del fenómeno migratorio. Respecto a estas personas, que huyen de violencias y persecuciones. El respeto de sus derechos, así como las justas preocupaciones por la seguridad y la cohesión social, favorecen una convivencia estable y armoniosa. La solidaridad de todos y en especial de los católicos, se alimenta en la “reserva” de amor que nace de considerarnos una sola familia humana y miembros del Cuerpo Místico de Cristo: de hecho nos encontramos dependiendo los unos de los otros, todos responsables de los hermanos y hermanas en humanidad y, para quien cree, en la fe. Acoger a los refugiados y darles hospitalidad, es para todos, un gesto obligado de solidaridad humana, a fin de que no se sientan aislados a causa de la intolerancia y el desinterés. Esto significa que a quienes se ven forzados a dejar sus casas o su tierra se les debe ayudar a encontrar un lugar donde puedan vivir en paz y seguridad, donde puedan trabajar y asumir los derechos y deberes existentes en el país que los acoge, contribuyendo al bien común, sin olvidar la dimensión religiosa de la vida.
Si esto lo pedimos para nuestros familiares, amigos y paisanos en Estados Unidos, también debemos ofrecerlo a quienes entran a nuestro país por la frontera sur.
Termina el Papa invitándonos: Queridos hermanos y hermanas, el mundo de los emigrantes es vasto y diversificado. Conoce experiencias maravillosas y prometedoras, y, lamentablemente, también muchas otras dramáticas e indignas del hombre y de sociedades que se consideran civilizadas. Para la Iglesia, esta realidad constituye un signo elocuente de nuestro tiempo, que evidencia aún más la vocación de la humanidad a formar una sola familia y, al mismo tiempo, las dificultades que, en lugar de unirla, la dividen y la laceran. No perdamos la esperanza, y oremos juntos a Dios, Padre de todos, para que nos ayude a ser, a cada uno en primera persona, hombres y mujeres capaces de relaciones fraternas; y para que, en el ámbito social, político e institucional, crezcan la comprensión y la estima recíproca entre los pueblos y las culturas.

Durango, Dgo., 9 Enero del 2011.

+ Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

email:episcopeo@hotmail.com

“Que la pequeña Iglesia de cada familia glorifique tu nombre y reciba tu bendición”

La celebración de la Navidad es la gran respuesta de Dios al anhelo humano de una salvación. Este anhelo se puede traducir hoy como un acontecimiento de “liberación”, de “cercanía”, de “una nueva posibilidad de vida” en unidad, en armonía, especialmente de una posibilidad de vivir la paz. Ella está ligada a la historia de la humanidad golpeada por el pecado y carente de una respuesta adecuada de parte del hombre mismo: historia que demuestra que solo la intervención gratuita de Dios puede hacer posible la regeneración de lo humano. Las tinieblas que hoy acechan a nuestro mundo (violencia e inseguridad, egoísmo, corrupción, secuestros, extorsiones, etc.), son signo de la ausencia de Dios, la navidad es la celebración de la posibilidad de la esperanza, porque es la presencia de Dios ante las más concretas situaciones de muerte. El Mesías que ha nacido, con su pequeñez, su fragilidad, muestra la potencia de Dios, quien lo va a sostener para que se realice el proyecto de salvación, que será “luz entre la sombras”, de “vida en medio de la muerte”. En este sentido la celebración de la Navidad es la “llamada a no tener más miedo”, pues el mundo de las sombras del mal, es un mundo que “retrocede ante la luz abundante que surge de la gloria, de la presencia concreta de Dios en la historia humana” como acertadamente afirmaba San Pablo: Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia (ITm 1,14).
Hoy celebramos “la Sagrada Familia” y el mensaje gira en torno al ideal de la “convivencia familiar fundada en la fe”. Esa convivencia tiene sus raíces en la “identidad cristiana de los miembros”. Hoy cada familia de los discípulos de Cristo es invitada a renovarse en sus relaciones domésticas, pues el primer lugar donde se ejercita el ser cristiano es lógicamente el pequeño ámbito de casa. Es una invitación a los hijos adultos para que amen de corazón a sus padres ancianos con un comportamiento verdaderamente filial, resaltando el cumplimiento de cuarto mandamiento: “honra a tu padre y a tu madre, así prolongarás tus días sobre la tierra que el Señor tu Dios, te va a dar”. Existe una estrecha relación entre el honrar a Dios y el honrar a los padres; respetarlos y cuidarlos es obedecer a Dios; no apiadarse de ellos y abandonarlos en el momento de la prueba, esto sería despreciar al Señor.
El honor que el hijo debe a sus padres contiene toda una gana de actitudes y de sensibilidad, que se traduce no solo en respeto, sino en la ayuda concreta, en las muestras de afecto, obediencia, estima y atención, porque todo esto es hacer la voluntad de Dios. Además, a quien actúa así con sus padres es fuente de recompensa y acarrea dones extraordinarios de parte del Señor, como una vida larga, la remisión de los pecados, la alegría y la satisfacción de parte de los propios hijos, ser escuchados en la oración y la seguridad de la acogida en el fututo por parte de Dios
La celebración de la Sagrada Familia quiere hacernos profundizar a la “luz de la vocación a la santidad que todos tenemos” como miembros de familia, en el ideal de las relaciones familiares concretas. Debemos reflexionar también sobre nuestras actitudes que vivimos como comunidad de discípulos (parroquia, grupo, movimiento, etc.), ya que la vida comunitaria tiene mucho de vida familiar, sería absurdo que no se cumpliera en casa lo que se cumple aparentemente en una comunidad mayor, “sobrellévense mutuamente y perdónense”.
La convivencia adecuada en la familia tiene su raíz en la común elección de cada miembro a ser “parte de Cristo”. Todos en casa son pues, parte de ese pueblo elegido y amado por Dios, todos han sido perdonados por Cristo. De aquí se deduce una conducta debida en casa: el perdón realista de unos para con otros, aunque haya ofensas y quejas concretas, debe prevalecer el amor. Se urge a cada uno a asumir una actitud positiva desde su propio papel: como padre-esposo (delicadeza y consideración), como madre-esposa (la consideración y responsabilidad del esposo), como hijos-hermanos (la obediencia, entendida como apertura a la voluntad de Dios que se expresa en los padres). Consejos prácticos pero imperativos, urgencias, ya que la vida cristiana tiene que concretizar en la sociedad a través de la familia creyente.
La contemplación del cuadro de la Sagrada Familia de Jesús, María y José representada en el “pesebre” de san Mateo se nos presenta como modelo único e irrepetible. Las familias cristianas deben orientarse hacia un ideal familiar muy alto, pero posible por la gracia de Dios que puede actuar en cada miembro de la “pequeña iglesia familiar”.

Durango, Dgo., 26 Diciembre del 2010.

+ Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

email:episcopeo@hotmail.com