A los Vicarios Diocesanos y Regionales de Pastoral y Decanos

Circular 5/2008
Diaconado permanente

A LOS VICARIOS DIOCESANOS Y REGIONALES DE PASTORAL Y DECANOS.

Estimados padres:
Gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre y de Jesucristo el Señor.
Habiendo observado a lo largo de casi cinco años la realidad pastoral de nuestra Arquidiócesis, me he fijado en diversos laicos, quienes a mi parecer y por su itinerario formativo y pastoral, podrían ser promovidos a la vida y al ministerio de este Orden Sacramental. Preguntando a fieles y pastores, si habría alguien preparado para esta promoción, frecuentemente me han respondido que sí.
El día 1 de octubre del 2007, sometí a consulta del Consejo Presbiteral la posibilidad y la conveniencia de introducir en la Arquidiócesis la experiencia sacramental y eclesial de los Diáconos Permanentes. El Consejo, informado y discurriendo sobre el tema, dio su parecer positivo a la consulta. Así lo informé en este enero en el Plenario Sacerdotal.
Contando pues con el parecer del Consejo Presbiteral, hago de su conocimiento los requisitos generales para empezar a encauzar esta promoción.
Puede ser ordenado Diácono Permanente, el varón casado que tenga una familia estable y normalmente edificante; que haya cumplido al menos treinta y cinco años de edad, y que cuente con el consentimiento de su familia. El célibe que desee esta ordenación tenga la edad mínima de veinticinco años.
El Diácono Permanente, ha de gozar de buena fama y de buena salud física y mental; la ordenación no es para lucirse. El Diácono convive con su familia y tiene relaciones ordinarias con su esposa; pero si enviuda no puede volver a contraer matrimonio civil o religioso.
Además, el Diácono ha de tener un trabajo remunerado y cumplirlo normalmente del que obtenga la subsistencia propia y de su familia. Quien tenga un servicio eclesial de tiempo completo ha de ser justamente remunerado.
El candidato ha de haber cumplido el tiempo y los programas de su formación, haber sido admitido como aspirante al Órden Sagrado y haber sido instituido en los Ministerios de Lector y Acólito, guardando los intersticios correspondientes.
Ordinariamente, los Diáconos permanentes se ordenan para servir en una Parroquia; por ello, han de ser presentados por su propio Párroco. Pero, también pueden ser asignados a algún ministerio concreto; y el Obispo los puede enviar o trasladar a otra misión.
El servicio ordinario de un Diácono es evangelizador y catequético para promover el Plan Diocesano de Pastoral con sus prioridades y la Misión; es litúrgico para diaconar en la Eucaristía, bautizar y asistir al Matrimonio, distribuir la Sagrada Comunión e impartir la bendición con el Santísimo; es social para promover la atención a los pobres y necesitados.
En base a estos datos leídos y comentados en la presente reunión, encomiendo a los Vicarios diocesanos y Regionales y a los Decanos, preparar programas de selección, preparación y formación para encaminar esta promoción en la Arquidiócesis.
Durango, Dgo. 3 de marzo del 2008.
Héctor González Martínez
Mariano Alberto Villalobos Salas Arz. de Durango
Secretario-canciller

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