La Ilustración Francesa (Pt 2)
La rama francesa de la Ilustración tuvo dos desarrollos principales: el materialismo y la teoría político-social.
El principal representante del materialismo es Julián Offray de La Mettrie (1709-1751) en sus obras El hombre máquina, Historia natural del alma, El hombre planta y El arte de gozar o Escuela de la voluptuosidad desarrolla un materialismo de base, haciendo depender todo de la sensibilidad, incluidas las ideas. La clave para entender qué es el hombre está en los procesos fisiológicos; la diferencia entre hombre, animal y planta es sólo de grado.
El barón Paul d’Holbach (1723-1789) compuso el Sistema de la naturaleza o de las leyes del mundo físico y del mundo moral, el texto más importante del materialismo del siglo XVIII. Todas las cosas son el resultado de un conjunto de átomos estructurados de formas distintas; los principios del movimiento, atracción y repulsión entre los átomos, son internos a las cosas, que en el hombre se llaman amor y odio. La ignorancia y el miedo son el origen de la noción de divinidad; la religión aumenta el ansia y el miedo; eliminando la religión, se podrá cambiar el antiguo sistema político y sustituirlo por otro más racional.
Etienne Bonnot de Condillac (1715-1780). Su sensismo radical lo acerca a la corriente materialista del pensamiento, aunque deja espacio al espíritu y a la trascendencia, afirmando categóricamente la existencia de Dios como causa suprema y reconociendo la existencia del alma inmaterial y espiritual como, no como el conjunto de las sensaciones sino como un centro simple de la unidad de ellas En su ensayo sobre El origen de los conocimientos humanos (1746), enseña, que todo conocimiento tiene un origen empírico, ya se trate de una idea simple o de una idea compuesta.
En el Tratado de los sistemas (1749), critica fuertemente a Descartes, Malebranche, Spinoza y Leibniz, porque partieron de definiciones y llegaron a definiciones arbitrarias; hay que aceptarle que ciertamente hay que sistematizar los conocimientos, partiendo de datos fenoménicos provistos por los sentidos.
En el Tratado de las Sensaciones (1754), Condillac afirma que las operaciones mentales como juzgar, querer, comparar, son sólo sensaciones transformadas. Para demostrar que la sensación es la única fuente de conocimiento, partiendo del sentido del olfato reconstruye todo el proceso del conocimiento hasta llegar a la misma inteligencia.
En el Ensayo sobre el entendimiento humano, en el Resumen razonado y en el Tratado de los animales, explica que la voluntad está determinada por un malestar del espíritu, que siente necesidad de un bien ausente; este malestar o inquietud es el principio de todos los hábitos de nuestra alma. Por este enfoque sobre la voluntad, el sistema de Condillac es considerado voluntarismo, puesto que toda pasión o idea dependen de la determinación de la voluntad.
Claude Adrien Helvetius (1715-1771), en su libro Del espíritu, reduce todas las capacidades del hombre a percepción sensorial; reduccionismo que se aplica también a la vida ética, donde el principio fundamental de la conducta consiste en la búsqueda del placer. La educación debe enseñar a hacer coincidir la búsqueda del placer con el interés general de la sociedad, que producirá un placer mayor. A ello ayudarán la libertad política y la religión natural. Desde cuando vamos dejando de ser cristianos.
Durango, Dgo. 6 de abril del 2008.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango
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