El Liberalismo de Adam Smith
Adam Smith (1723-1790, autor de la obra “Investigación sobre el origen y las causas de la riqueza de las naciones”, es considerado como el profeta teórico del liberalismo económico.
Smith considera que la fuente de la riqueza es el trabajo, dato primario de la economía que manifiesta la naturaleza humana: los hombres trabajan para satisfacer sus necesidades y la razón se desarrolla para lograr que el trabajo sea cada vez más productivo: “mediante el trabajo se manifiesta toda la personalidad del hombre; esto significa que la actividad laboral es la expresión de los impulsos fundamentales que caracterizan a la naturaleza humana, armónicamente coordinados”.
Si el trabajo, como la actividad económica más importante, expresa a la naturaleza humana se sigue que, la economía es la causa de las relaciones que se instituyen en la sociedad; y así, la división o repartición del trabajo es el principio que debe regir la organización y el perfeccionamiento de las actividades laborales: todo hombre, siguiendo su propio interés, debe trabajar en el ámbito que le resulte más adecuado a sus gustos, habilidades y destrezas; así se aumenta la cantidad y la calidad de los bienes producidos. Si los hombres naturalmente tienden al intercambio; pueden intercambiar lo producido en la división del trabajo, mediante la institución y la organización del mercado. Para identificar qué es el mercado, distingamos el trabajo, el capital y la tierra, como factores del proceso productivo que originan tres clases sociales: trabajadores, capitalistas y propietarios. La propiedad del capital, rige la subordinación u organización fundamental del trabajo productivo; el capitalista debe tener autocontrol, disciplina de las pasiones, austeridad, ahorro e influencia en la sociedad.
Esto lleva a definir la sociedad civil, no como el resultado de un pacto o contrato social, sino como la consecuencia natural de la organización del trabajo productivo. Se debe producir bienes suficientes para saciar las necesidades primarias, permitiendo sustraer al consumo algunos bienes destinados a la formación y a la conservación del capital productivo.
La sociedad civil equivale el mercado, libre de las intervenciones del Estado, pues el intervencionismo estatal en la economía desnaturaliza el mercado. El Estado es el conjunto de servicios y funciones que sirven para garantizar la paz, la tranquilidad y el orden del mercado.
La función más importante del Estado es administrar justicia, respetando las leyes del mercado. Hay que abolir privilegios, monopolios y toda legislación que impida o limite la actividad del trabajo productivo. Libres los hombres para buscar sus intereses privados, por las leyes naturales harán que se realice en la sociedad la justicia y la prosperidad; si cada uno sigue su propio interés, proponiéndose el provecho individual, la sociedad progresará colectivamente.
La concepción de Smith, acerca de la sociedad estructurada a partir de las relaciones que surgen del proceso productivo, será retomada después por Carlos Marx. Se entiende esta relación, porque el liberalismo económico y el marxismo tienen una visión del hombre basada en el reduccionismo economicista.
Durango, Dgo. 3 de agosto del 2008.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango
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