Selecciones de Teología 1

De 1982 a 1988 fui Obispo de Campeche y me toco inaugurar el Seminario Mayor, incluyendo su Biblioteca.
Para este fin solicité a diversas Instituciones apoyo bibliográfico; la UNAM me apoyó con parte de su magnifica bibliografía y la editorial Espasa-Calpe con su Enciclopedia. Solicité a la Santa Sede me obsequiara la Biblioteca de Autores Cristianos y la colección que estaba saliendo de Selecciones de Teología; la Santa Sede me obsequió la colección entera de la BAC.
Pero, en cuanto a Selecciones de Teología, la Santa Sede me contestó que dicha colección no es apta para estudiantes de Teología en los Seminarios y no me la envió. Por ello fue que J.M.R Tillard, en 1967 publicó en la revista francesa “La Maison-Dieu” un articulo sobre “Penitencia y Eucaristía”; artículo que fue extractado y condensado en 1968 por Selecciones de Teología.
Ahora, más de cuarenta años después, acaba de aparecer en Durango en edición separata, con tiraje de 1000 ejemplares, aquel artículo sobre Penitencia y Eucaristía, extractado y condensado por Selecciones de Teología; y circula desde la semana antepasada, bajo la responsabilidad de tres personas de esta ciudad.
Hemos de suponer, que si la trascripción es fiel, la intención del artículo en la “La Maison Dieu” era presentar a sus lectores la reconciliación sacramental dimanando de la Eucaristía sin necesidad del Sacramento de la Penitencia, sobre todo para acercarse a comulgar. Pero, prácticamente viene a consistir en una relativización de la enseñanza católica sobre el Sacramento de la Penitencia.
Quizá también hemos de comprender, que, queriéndolo o no, la intención y la finalidad de esta publicación son propagar y reforzar los síntomas de postmodernidad, relativismo y reduccionismo que afectan un tanto por todas partes; síntomas que ya se notaban en la cristiandad de Durango en los últimos diez años.
Sin duda que viene a ser una relativización y un reduccionismo de la doctrina católica hacia una postura cómoda y “light”, incluso luteranizante; lo muestra la cita de la contraportada de Soren Kierkegard, un teólogo heredero de doctrinas luteranas.
Hago notar que las personas responsables de esta publicación, carecen de formación doctrinal y de misión canónica con licencia para enseñar Teología o para editar lo publicado. No hay autoridad alguna que les haya extendido la “venia docendi” (autorización para enseñar), el “nihil obstat” y el “imprimatur” (el nada obsta y el imprímase) de un censor y de una autoridad eclesiásticos, para publicar e imprimir. Dicho de otra manera: no tienen autoridad para enseñar o publicar temas teológicos, ya censurados por el magisterio de la Iglesia.
Ahora que aparecen abiertamente estas posturas, no debemos sorprendernos; ya nos advirtió S. Pablo: “llegará un tiempo en que los hombres ya no soportarán la sana doctrina, sino que se buscarán maestros a su gusto, hábiles en captar su atención” (2Tim 4,3).
Pero, también añado secundando a S. Pablo: “a pesar de todo, no se hunden los sólidos cimientos puestos por Dios, en los cuales está inscrito: el Señor conoce a los suyos; aléjese de la maldad el que invoca el nombre del Señor. En una casa rica no hay sólo vajillas de oro y plata, sino también de madera y de barro” (2 Tim 2, 19).
Durango, Dgo. 7 de diciembre del 2008.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango.

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