ANUNCIACIÓN-ENCARNACIÓN

Empecemos hoy con una oración por la Anunciación del Arcángel Gabriel a la Virgen María y por la Encarnación del Verbo:
“Señor Jesús, Verbo eterno del Padre, que por amor a los hombres quisiste encarnarte por obra del Espíritu Santo en el vientre purísimo de Santa María siempre Virgen: protege la vida de todos los niños aún no nacidos. Y ya que Tú quisiste pasar oculto nueve meses en tan purísimo sagrario, haz que todos reconozcamos el valor sagrado de la vida humana desde su concepción. Abre los ojos y cambia los corazones de quienes pretenden arrebatar la vida del seno de sus madres y haz que dejen vivir, hasta que Tú lo dispongas, a quienes han sido objeto de tu amor creador. Amén”.
Empezamos orando, para anunciar que el próximo miércoles 25 de marzo, fiesta de la Anunciación-Encarnación, la Iglesia de Durango celebra el Don de la Vida y se reafirma como protectora del no nacido celebrando la consagración de las familias a Santa María de Guadalupe. Así mismo el Viernes Santo 10 de abril la Iglesia de Durango, celebrará por la calle el II Via Crucis por la Vida y el 8 de mayo el II Desfile de las Imágenes.
Anunciando desde ahora estos dos eventos la Arquidiócesis invita a todos los fieles a participar gozosamente. Corran la voz, que se escuche por calles y callejones de las ciudades, pueblos y rancherías para que participen con su asistencia personal, uniéndose espiritual ú organizando algo parecido en los lugares donde habitan.
La celebración más cercana, del día 25 de este mes, incluye dos pasos en uno: la Anunciación y la Encarnación.
En la Anunciación, el Arcángel Gabriel saluda a María: “salve, llena de gracia, el Señor está contigo”; María recibe saludos más impresionantes que otro personaje bíblico; saludo equivalente a la amada y favorecida que S. Lucas asocia a la alegría y a la sabiduría; palabras cargadas de acento en la fuente de la bondad. Por la forma del verbo se entiende que María ha sido favorecida desde mucho tiempo atrás.
“El Señor está contigo”, palabras del saludo, que viniendo de Dios aluden a una prerrogativa especial y a un oficio particular: expresan el cumplimiento excepcional de sus promesas. Conmovida María, con espíritu de fe, en una intensa y prolongada reflexión, “ponderaba” el significado del saludo. El Arcángel le dice: “no temas, has encontrado gracia ante Dios” y le explica detalles de la concepción por obra del Espíritu Santo. Con la luz de Pentecostés María caerá en la cuenta del alcance de las palabras
La sombra del Espíritu Santo sobre María, alude al templo de Jerusalén, y esta exige la virginidad o la continencia que la Biblia pide al que da culto y al guerrero: Lv 15, 16-18; 1Sam 21, 4s; 2Sam 11,11.
La Anunciación viene acompañada de la Encarnación: “la Palabra se hizo carne, puso su morada entre nosotros y hemos visto su gloria; la gloria que recibe del Padre el Hijo Único”: tremendo misterio de la Encarnación: la Palabra eterna asumió nuestra misma naturaleza humana, haciéndose una sola cosa con nosotros, excepto el pecado. Seria y rotunda afirmación del Evangelio, difícil de exagerar.
Juan eligió deliberadamente la palabra “carne”, que se refiere a la situación concreta del hombre caído, hecho que pertenece a la esencia de la Encarnación. La Palabra eterna encarnada, vivió algún tiempo en medio de los hombres, como en la tienda del desierto.
Durango, Dgo. 15 de marzo del 2009.
Héctor González Martínez
Arz. de Durango

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