Reflexión dominical V Domingo de Pascua; 22-V-2011 Yo soy el camino, la verdad y la vida

Hoy, dice Jesús en el Evangelio: “en la casa de mi Padre hay muchas moradas; cuando me vaya les prepare un lugar, regresaré para tomarlos conmigo, para que estén donde yo esté. Y el lugar a donde voy, conocen el camino… Le dice Tomás: no sabemos a donde vas, ¿como podemos saber el camino? Jesús responde, yo soy el camino, la verdad y la vida… si me conocen a mí, conocen al Padre… yo estoy en el Padre y el Padre está en mí… créanlo por las obras… también el que cree en mí, hará las obras que yo hago”.En sentido simbólico, Jesús habla de irse; pero bien a bien, Jesús siempre ha mantenido la comunión con el Padre y con el Espíritu Santo, son tres personas en estrecha presencia y relación. En este modo de irse de Jesús, se nos muestra el camino que también hemos de recorrer nosotros; ciertamente cantamos en la Misión: “caminemos, caminemos, nadie se debe parar; nuestra vida es muy corta, la Palabra hay que sembrar”; este canto nos estimula a insertarnos en el Reino y a trabajar por él; pero, siempre con la conciencia viva de estar en presencia de la Stma. Trinidad. Así se resume toda la espera de la Iglesia por la vida futura. Así es la vida cristiana consistente en el conocimiento y en la comunión de amor con la Santísima Trinidad.

Y si nosotros usamos el lenguaje de Jesús de ir al Padre, sea para estrechar cada vez más íntimamente, según avanzamos en la vida, las relaciones internas y personales con las tres Divinas Personas. Que vayamos experimentando cada día mejor nuestra comunión con Dios uno y Trino. Los místicos como S. Juan de la Cruz o Santa Teresa de Ávila hablan de ascender por moradas o niveles en el avance de la perfección cristiana; aunque también hablan del “pozo de las sabandijas” para quienes caminan en nivel muy bajo.

Actualmente, esta figura de Cristo, camino, verdad y vida, continúa seduciendo a muchos cristianos en el mundo, atraídos por su carga de humanidad, por su amor a los pobres, por su coherencia y por su toma de posición. Incluso hay muchos que nos dejamos seducir por un seguimiento radical tras las huellas de Jesús.

Hasta puede ser un mensaje revolucionario, sin pretenderlo, como Buda, Confucio, Mahoma, Gandhi, Marx, M. L. King. Ha dicho simplemente un mensaje sencillo: “yo soy el camino, la verdad y la vida”.

El conocimiento que nos viene de esta página evangélica es el desarrollo del tema presente desde el comienzo del Evangelio de S. Juan: “a Dios, nadie lo ha visto jamás, es el Unigénito, que existe en el seno del Padre quien lo ha revelado: la Palabra de Dios hecha carne revela a través de las palabras y las obras revela su comunión de vida con el Padre, y la fe en Él nos permite acceder a la fuente de la verdad y de la vida.

De hecho la vida es conocer al Padre, esto es estar en comunión de amor con Él y creer en Aquel que el Padre ha enviado. Esta lección de vida y de fe cristiana era necesaria y actual para la Iglesia de los orígenes; es necesaria y actual para la Iglesia de hoy. Pues en todo tiempo la Iglesia continúe la obra de Cristo y ha de indicar el camino para ir al Padre.

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