La ecología humana es una necesidad debido a la complejidad de los fenómenos ambientales, y no se puede separar de las decisiones de la sociedad en la búsqueda de la supervivencia humana como valor fundamental, pero tiene que buscar una vida verdaderamente humana y por lo tanto aceptable para los individuos y la sociedad en su conjunto. De ahí la importancia de los aspectos éticos de la ecología humana,
El ser humano, a diferencia del animal, se caracteriza por la no-adaptación con el medio ambiente natural y la consiguiente necesidad de que tiene que crear un ambiente artificial. Este ambiente artificial va desde el ambiente familiar hasta la cultura entendida en su sentido más amplio, es decir, a un mundo que es más específicamente humano y que le da al hombre la posibilidad de una relación rica y positiva con la naturaleza.
El verdadero problema ecológico desde el punto de vista humano, es la relación de la cultura con el medio ambiente natural. De esta relación se derivan los cambios en la naturaleza producidos por la ciencia y la tecnología y, por lo tanto, por el hombre mismo, así como por las estructuras sociales, que se basan en los valores que contienen en sí mismas. Esta es la razón por la cual existe en la relación entre el hombre-sociedad con la naturaleza, la centralidad de los aspectos éticos y la consecuente responsabilidad por parte del entorno cultural como mediador entre el hombre y el medio ambiente natural. Se puede decir que cuando el entorno de la tecnología domina la cultura tiende a envolver el ambiente natural.
Un aspecto importante que no debe perder el hombre es la capacidad de predecir y prevenir, (previsión social) cuando esto suceda el hombre va a destruir la tierra. “Predecir para prevenir”. Es necesario, para la ecología y mas para la ecología humana una cierta previsión en el sentido de mirar hacia adelante las posibles consecuencias de las decisiones y medidas adoptadas en el presente y las tendencias que también vienen del pasado, dando así la posibilidad para evitar daños y desastres naturales. La previsión obra siempre en términos alternativos y, por lo tanto, es necesario ver hacia el futuro las posibilidades, las probabilidades y también las alternativas que se desean. Predecir un solo futuro no es útil, ya que es algo que «aún no ocurrió», por lo tanto se puede hablar de diversos futuros que hay que prever.
La importancia de la previsión es la capacidad de aclarar las distintas posibilidades para el futuro y evitar por lo menos lo peor. En consecuencia, en la previsión del futuro es fundamental la ética y, por lo tanto, los valores en base a los cuales se toman las decisiones que pueden evitar un futuro desastroso. De esta manera surge la responsabilidad de los que hacen previsiones y la necesidad de la ética que indica las responsabilidades de aquellos que deciden y de quienes hacen las predicciones. La previsión abarca la ecología y la ecología humana. Se crea un vínculo entre la previsión y la ecología humana en cuanto para ambos son importantes los valores éticos y la responsabilidad de las decisiones en función de las generaciones futuras.
Entre la ecología humana y la previsión existe una unidad que lleva a la necesidad de la interdisciplinariedad metodológica, así como un análisis riguroso del pasado y del presente. El carácter interdisciplinario sea de la ecología humana como de la previsión social, nos lleva hacia una relación del hombre con la cultura social y hacia una relación entre naturaleza y cultura humana y social.
El Papa Benedicto XVI en Caritas in Veritate, escribe: «El modo en que el hombre trata el ambiente influye en la manera en que se trata a sí mismo, y viceversa”; y recordando la responsabilidad de la Iglesia hacia la creación, añade que: «la degradación de la naturaleza está estrechamente unida a la cultura que modela la convivencia humana: cuando se respeta la ecología humana en la sociedad, también la ecología ambiental se beneficia. Así como las virtudes humanas están interrelacionadas, de modo que el debilitamiento de una pone en peligro también a las otras, así también el sistema ecológico se apoya en un proyecto que abarca tanto la sana convivencia social como la buena relación con la naturaleza” (no. 51).
Durango, Dgo., 26 de junio del 2011.
+ Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango
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