LA CARIDAD EN LA VERDAD VI

14.- La técnica considerada en sí misma, es ambivalente: de un lado, hay quien confía completamente a ella el proceso de desarrollo; por otro lado surgen ideologías que niegan del todo la utilidad del desarrollo, como completamente inhumano y que sólo comporta degradación. La idea de un mundo sin desarrollo significa desconfianza en el hombre y en Dios; y es un grave error despreciar las capacidades humanas de controlar las desviaciones del desarrollo o ignorar que el hombre tiende constitutivamente a ser más.
También considerar ideológicamente como absoluto el progreso técnico y soñar con la utopía de una humanidad que retorna a su estado de naturaleza originario, son dos modos opuestos de eximir al progreso de su valoración moral y de nuestra responsabilidad.
16.- En el fondo pues. Pablo VI ha querido decirnos que ,en su fuente y en su esencia, el progreso es una vocación. Decir que el desarrollo es vocación nuestra, equivale a aceptar que el progreso nace de una llamada trascendente y que por otra parte, es incapaz de darse significado por si mismo.
La palabra vocación aparece de nuevo en otra parte de la Encíclica, afirmando: no hay, pues, más que un humanismo verdadero, que se abre al Absoluto en el reconocimiento de una vocación que da la idea verdadera de la vida humana.
Esta visión del progreso es el corazón de la Populorum Progressio y motiva las reflexiones de Pablo VI sobre la libertad, la verdad, y la caridad en el desarrollo. Es también la razón principal por lo que aquella enseñanza es todavía actual en nuestros días.
17.- La vocación es una llamada que requiere una respuesta libre y responsable; por lo que el desarrollo humano integral supone la libertad responsable de la persona y de los pueblos; en consecuencia, ninguna estructura puede garantizar dicho desarrollo desde fuera y por encima de la responsabilidad humana
Loa dinamismos prometedores, llenos de ilusiones, creyendo tenerlo todo a disposición, basan sus propuestas negando la dimensión trascendente del desarrollo Esta falsa seguridad se convierte en debilidad, porque comporta el sometimiento del hombre, reducido a un medio para el desarrollo; mientras que la humildad de quien acoge una vocación se transforma en verdadera autonomía, porque hace libre a la persona.
Pablo VI no tiene duda de que hay obstáculos y condicionamientos que frenan el desarrollo, pero tiene la certeza de que, cualesquiera que sean los influjos que se sufran,
Cada uno permanece el artífice principal de su éxito o de su fracaso.
Esta libertad se refiere al desarrollo que tenemos ante nosotros y también ante las situaciones de subdesarrollo, que dependen de responsabilidad humana. Por eso, hoy los pueblos hambrientos interpelan, con acento dramático, a los pueblos opulentos También esto es vocación, en cuanto llamada de hombres libres a hombres libres para asumir una responsabilidad común.
18.- El desarrollo humano integral como vocación, además de la libertad, exige que se respete la verdad, El auténtico desarrollo debe afirmar y justificar el valor incondicional de la persona humana y el sentido de su crecimiento; buscar la promoción de todos los hombres y de todo el hombre. El Evangelio es un elemento fundamental del desarrollo. Porque Dios pronunció el sí más grande al hombre, el hombre ha de abrirse a la vocación divina, para realizar el propio desarrollo; requiere autentificación en un humanismo trascendental: el desarrollo humano integral se mueve en los niveles natural y sobrenatural.

Durango, Dgo. 23 de agosto del 2009.

Héctor González Martínez
Arz. de Durango

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *