Mensaje Personal

Amados hermanos, amigos, fieles y ciudadanos:
Les saludo con amor de oblación y de expiación en estos días en que el Señor Jesús me ha participado con el sabor de su Pasión por medio de limitaciones y enfermedades, experimentando en mi naturaleza humana mermas de salud física. Con ello Dios me muestra claramente que el hombre no es autosuficiente y que no todo lo alcanza por su solo esfuerzo, natural o espiritual.
Durante toda mi vida he pretendido responder a Dios con mi mejor esfuerzo y al parecer en buena parte lo he logrado, como fruto de la gracia que viene de Él mismo. Pero Dios permite que el hombre sea sometido a crisis, como me lo permitió en un día del Novenario de Expiación, caído toda una noche sobre el suelo frío, sin poderme enderezar.
Noche de gracia, sintiéndome asociado a los padecimientos del Redentor y aplicándolos por todos en la Arquidiócesis. De ahí en adelante, todo ha sido un Vía Crucis, cada vez más demandante.
Físicamente me siento cada vez más débil y desforzado; pero me sigo aferrando a la fortaleza de Dios.
Me sostiene y me levanta el testimonio de mi paisano S. Luis Bátis, escenificado con su figura sacerdotal, rociada con fuego y sangre elevándose airoso envuelto en el manto de la Guadalupana.
Igualmente cada domingo, Día del Señor, es también tiempo del hombre, que hemos de guardar para nuestra salud física y espiritual; por eso habiéndome debilitado en lo físico he debido limitar mis actividades de todo orden para conservar un saldo de salud, pues todos debemos ser cuidadosos de nuestra salud en uno y en otro aspecto. Desde el nacer hasta el morir, así como también respecto la salud ajena, debemos ser conscientes que nuestra vida como don de Dios que debemos proteger en todas sus etapas, por ello debemos de evitar caer en la tentación de asumir ideologías y tendencias que atentan contra la integridad de la persona.
En la situación de enfermedad en la que me encuentro, he tenido que echar mano de los cuidados sanitarios y paliativos que me han sido necesarios. Por ejemplo tuve que poner más cuidado y atención en mis actividades, mis movimientos, mi alimentación, medicamentos y en tomar las recomendaciones y cuidados que los médicos me vienen prescribiendo

Agradezco a todos sus muestras de caridad y afecto y sobre todo sus oraciones.
Suyo en Cristo.

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