Episcopeo domingo 26 de agosto del 2012

Los laicos son corresponsables del ser y del actuar de la Iglesia

            En esta V Etapa de la Misión Diocesana “La iniciación Cristiana”, como en toda la Misión de la Iglesia es de suma importancia la participación de los laicos. En todos los ámbitos de la vida de la Iglesia los laicos participan de manera que no se podría cumplir el mandato del Señor sin la participación de ellos. Especialmente en la planeación y organización de los planes de pastoral diocesanos y parroquiales, los laicos son los que llevan la mayor parte.

            Pero ¿quiénes son los laicos? El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice acerca de ellos: «Por laicos se entiende aquí a todos los cristianos, excepto los miembros del orden sagrado y del estado religioso reconocido en la Iglesia. Son, pues, los cristianos que están incorporados a Cristo por el bautismo, que forman el Pueblo de Dios y que participan de las funciones de Cristo. Sacerdote, Profeta y Rey. Ellos realizan, según su condición, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo» (LG 31). Su vocación es “iluminar y ordenar todas las realidades temporales, a las que están estrechamente unidos, de tal manera que éstas lleguen a ser según Cristo, se desarrollen y sean para alabanza del Creador y Redentor» (LG 31).

            En las distintas etapas de la iniciación cristiana se está proyectando que sean los laicos quienes acompañen a los catecúmenos en su proceso de formación. Se debe preparar un grupo de catequistas para la iniciación cristiana. Ellos “están encargados por Dios del apostolado en virtud del bautismo y de la confirmación y por eso tienen la obligación y gozan del derecho, individualmente o agrupados en asociaciones, de trabajar para que el mensaje divino de salvación sea conocido y recibido por todos los hombres y en toda la tierra; esta obligación es tanto más apremiante cuando sólo por medio de ellos los demás hombres pueden oír el Evangelio y conocer a Cristo. En las comunidades eclesiales, su acción es tan necesaria que, sin ella, el apostolado de los pastores no puede obtener en la mayoría de las veces su plena eficacia” (cf. LG 33).

            El papa Benedicto XVI en su Mensaje a los obispos en la catedral de León (México), les invita a tener una atención cada vez más especial “a los laicos más comprometidos en la catequesis, la animación litúrgica, la acción caritativa y el compromiso social. Su formación en la fe es crucial para hacer presente y fecundo el evangelio en la sociedad de hoy. Y no es justo que se sientan tratados como quienes apenas cuentan en la Iglesia, no obstante la ilusión que ponen en trabajar en ella según su propia vocación, y el gran sacrificio que a veces les supone esta dedicación”.

            Hace unos días de nuevo su Santidad nos invita a considerar el papel de los laicos en la vida de la Iglesia, partiendo de la “corresponsabilidad eclesial y social”. Y nos plantea retos muy fuertes respecto a los laicos.

Dice el Papa en su Mensaje: “La corresponsabilidad exige un cambio de mentalidad referido, en especial, al papel de los laicos en la Iglesia, que deben ser considerados no como ‘colaboradores’ del clero, sino como personas realmente ‘corresponsables’ del ser y del actuar de la Iglesia. Es importante, por tanto, que se consolide un laicado maduro y comprometido, capaz de dar su propia aportación específica a la misión eclesial, en el respeto de los ministerios y de las tareas que cada uno tiene en la vida de la Iglesia y siempre en cordial comunión con los obispos”.

            El Papa no pide que aceptemos a los laicos en la vida de la Iglesia y nos lo pide especialmente a nosotros obispos y sacerdotes. Nos pide que los involucremos en la vida de la Iglesia, no como colaboradores, sino como corresponsables. Nos pide que los formemos y que les demos el lugar que por derecho tienen en la Iglesia.

            Es necesario hacer un cambio de mentalidad en nuestra Arquidiócesis en nuestra relación con el pueblo de Dios, con los laicos, todavía tenemos una pastoral demasiado clerical, la organizamos nosotros solo sin tener en cuenta a nuestros laicos. Por esto mismo tenemos pocos laicos comprometidos, porque los hemos relegado de la vida de la Iglesia. También nos quejamos de que no están preparados para asumir responsabilidades en la parroquia, la realidad es que no los hemos promovido y formado y no los invitamos a colaborar en la parroquia.

Durango, Dgo., 26 de Agosto del 2012                    + Mons. Enrique Sánchez Martínez

Obispo Auxiliar de Durango

Email: episcopeo@hotmail.com

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