Episcopeo «Un voto responsable, en conciencia cristiana, es garantía de la democracia»
Nos dirigimos a los fieles cristianos para animarlos a participar en el proceso democrático que vivimos y que culminará el 7 de julio próximo cuando acudamos a emitir el voto libre y secreto. Ese día en se elegirán presidentes municipales y diputados para el Congreso local.
La participación se enfoca a acudir a votar el día de la elección, de manera responsable, de acuerdo a lo que les dicte su conciencia y su fe. Es nuestro deber como Pastores del Pueblo de Dios orientar a los fieles en aquellos planteamientos políticos que, por sus implicaciones religiosas, morales y sociales, contradicen las enseñanzas de la Iglesia Católica (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, no.426), con el objetivo de que sus opciones políticas sean morales y justas.
Las campañas electorales de los diferentes partidos y candidatos se han desarrollado con el estilo, promesas y compromisos que a cada uno le caracterizan. En general se percibe cierto cansancio y desilusión de parte de la comunidad por que solo cuando hay elecciones se prometen muchas cosas y no se cumplen.
Para dar el voto a un candidato, los fieles cristianos deben tener en cuenta que las propuestas de los candidatos deben contener y promover siguientes valores: la dignidad de la persona humana y sus derechos; la educación integral de niños y jóvenes; promoción y fortalecimiento de la familia y el matrimonio; el combate a la injusticia social; la lucha contra la corrupción y la impunidad; combatir el crimen organizado; el cuidado, protección, promoción y la integración social de las personas más vulnerables (ancianos, indígenas, niños y discapacitados); cuidado y la preservación ecológica; no deben ir contra las enseñanzas contenidas en la Sagrada Escritura, la tradición y la doctrina de la Iglesia.
No debemos votar por quienes vayan en contra de estos valores. “Juan Pablo II, en línea con la enseñanza constante de la Iglesia, ha reiterado muchas veces que quienes se comprometen directamente en la acción legislativa tienen la «precisa obligación de oponerse» a toda ley que atente contra la vida humana. Para ellos, como para todo católico, vale la imposibilidad de participar en campañas de opinión a favor de semejantes leyes, y a ninguno de ellos les está permitido apoyarlas con el propio voto… la conciencia cristiana bien formada no permite a nadie favorecer con el propio voto la realización de un programa político o la aprobación de una ley particular que contengan propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la moral (Congregación para la Doctrina de la Fe. Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política, no. 4)
Como fieles cristianos y de acuerdo a los valores emanados del Evangelio, el actuar de los católicos, después de las elecciones, debe ser: estar atentos al compromiso de los candidatos y sus partidos; una mayor y mejor organización de la sociedad civil, esto es, participar en asociaciones y organizaciones que vigilen a los gobernantes y legisladores para que cumplan las promesas de campaña, de no ser así, tienen el derecho y el deber de sustituirlos de manera pacífica (Centesimus annus, no. 46); que ya en el Gobierno y en el Congreso, los elegidos respeten el primero de todos los derechos, que es el derecho a la VIDA, desde el momento de la concepción hasta su fin natural (Ibíd., no. 47); los fieles cristianos tienen derecho a exigir a los que les han confiado su voto, una verdadera libertad religiosa, que no es sólo una libertad para los ministros de culto, sino que es un derecho humano fundamental que nos beneficia a todos.
La política es una de las más altas manifestaciones de la caridad, es decir, del amor, porque su razón de ser está en el servicio a los demás mediante un compromiso efectivo por el bien de toda la comunidad, que está por encima de los legítimos intereses personales.
La política, que es un ejercicio de poder, se justifica en la medida que se pone al servicio del bien común, de la impartición de la justicia y de la construcción de la paz.
Es deber de todos los fieles participar activamente mediante la emisión de su voto consciente y responsable, y dar seguimiento al cumplimiento de las promesas y compromisos de las autoridades electas, vigilando que se ejerza el poder confiado mediante el voto, en beneficio de todos los ciudadanos, sin excepción.
Durango, Dgo., 23 de Junio del 2013 + Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango
Email: episcopeo@hotmail.com
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!