Reflexión dominical Domingo XVIII A; 31-VII-2011 Los males de la humanidad.
Jesús se hallaba a la orilla del lago, en el desierto en sentido estricto, tuvo compasión de la gente que le seguía y curó a muchos enfermos. “Hacia el fin de la tarde, se le acercaron los discípulos y le dijeron. El lugar es desierto, y ya es tarde, despide a la gente para que vaya a los poblados a comprarse de comer. Jesús respondió, no es necesario que vayan, denles ustedes de comer. Le respondieron, solo tenemos cinco panes y dos pescados; les dijo traiganlos. Tomó los cinco peces y los dos pescados, elevó los ojos al cielo pronunció la bendición, partió los panes y los pescados, los dio a los discípulos y los discípulos los distribuyeron a la gente… Todos comieron y se saciaron, como cinco mil, y sobraron doce canastos”. Leer más