CXVI PEREGRINACIÓN
Este viernes 12 de junio, correspondió a la Arquidiócesis de Durango y a la Diócesis de Gómez Palacio, la CXVI Peregrinación a la Basílica de Guadalupe
Presenté la Diócesis de Gómez Palacio y su Obispo con estas palabras: “al visitarte en años anteriores, te encomendábamos el proyecto de la Diócesis de Gómez Palacio; hoy traemos la fresca, fragante y hermosa rosa recién florecida de la Diócesis de Gómez Palacio, Dgo. Tan fresca y tan fragante como rosa fresca en la mañana del 12 de diciembre del 1531. Ella es fruto de tu amor por tus hijos; es fruto de nuestras insistentes plegarias aquí ante tu bendita Imagen”.
En nombre de presentes y ausentes, saludé a Santa María de Guadalupe con esta plegaria: “¡Dios te salve, Reina y Madre de misericordia; Vida, dulzura y esperanza nuestra: ¡Dios te Salve! A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas!”
Prediqué iluminando la Eucaristía con el texto de la primera lectura de 2Cor 4,7-15 “nosotros llevamos un tesoro en vasos de arcilla para que aparezca que el poder extraordinario viene de Dios y no de nosotros… y llevamos siempre en nuestro cuerpo la muerte de Jesús para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo”. Luego el Evangelio de Mateo 5, 27-32: habéis oído que se os dijo, no cometerás adulterio; pero yo les digo: quien mire a una mujer, deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón”.
Comenté a la Virgen síntomas positivos que disfrutamos: los dones de nuestra Iniciación Cristiana, el formar parte del resto fiel, el Encuentro Mundial de las Familias y la IV Etapa de nuestra Misión como Año de la Familia, el Jubileo por los 2000 del nacimiento de S. Pablo, la Visita Pastoral que los Obispos realizamos Parroquia por Parroquia, el ya inmediato Jubileo sacerdotal por los 150 años de la muerte de S. Juan Ma. Vianney, el Santo Cura de Ars, patrón de los Párrocos.
De carencias, resalté a la Virgen el aspecto político reacio a votar, la pobreza del campo y las rogativas. Como carencia notable comenté a la Virgen la apostasía silenciosa de muchos católicos que gustan de algunas prácticas elementales, pero sin vivencia testimonial: silenciosamente se van apartado de la práctica religiosa.
Enfaticé el Relativismo, el reduccionismo, el secularismo, la inseguridad la violencia y la extorsión por todo el país; pero especialmente en Durango: la lucha por el control del narcotráfico: refinados métodos para asesinar inocentes e indefensas criaturas en el seno de sus madres, refinados métodos para asesinar en la lucha por el control del cultivo, la comercialización y la distribución de los estupefacientes.
Ante los síntomas positivos y las carencias, destaqué el sentido de la esperanza cristiana, en la que podemos confiar para salir adelante aquí abajo y para alcanzar la bienaventuranza eterna. Los bautizados no cesamos de anunciar al mundo la esperanza, tomando como base la predicación del Evangelio de Jesucristo, que es nuestra esperanza.
Terminamos meditando en nuestra peregrinar con María. La vida del cristiano es una peregrinación, especialmente en algunos momentos; la Iglesia es pueblo peregrino, que camina sostenida por la Eucaristía hasta la Patria celestial.
Santa María de Guadalupe: míranos con compasión, no nos desampares Madre nuestra: nos quedas tú y la virtud de la esperanza.
Durango, Dgo. 14 de junio del 2009. Héctor González Martínez
Arz. de Durango
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