LA CARIDAD EN LA VERDAD XXI

Ley natural: base de toda colaboración social constructiva y desarrollo económico

La cooperación para el desarrollo debe ser una gran ocasión para el encuentro cultural y humano y no solo económico. Pero los países económicamente desarrollados deben tener en cuenta la identidad cultural propia y ajena, con sus valores humanos, si esto no sucede, no podrán entablar dialogo alguno con los países pobres. Las sociedades tecnológicamente avanzadas no deben confundir el propio desarrollo tecnológico con una presunta superioridad cultural, no deben olvidar su historia. Las sociedades en crecimiento deben permanecer fieles a lo que hay de verdaderamente humano en sus tradiciones, evitando que se superpongan automáticamente a ellas las formas de la civilización tecnológica globalizada. En todas las culturas existe una Ley Natural, querida por el Creador. Es una ley moral universal y es un fundamento sólido de todo diálogo cultural, religioso y político. Esto ayuda a la diversidad de culturas para que no se alejen de la búsqueda común de la verdad, del bien y de Dios. De esta manera, la adhesión a esa ley escrita en los corazones es la base de toda la colaboración social constructiva. En todas las culturas hay costras que limpiar y sombras que despejar. La fe cristiana, que se encarna en las culturas, puede ayudarlas a crecer en la convivencia y en la solidaridad universal para el desarrollo comunitario.
La ayuda al desarrollo de los países pobres debe considerarse un verdadero instrumento de creación de riqueza para todos. Los estados económicamente más desarrollados harán posible por destinar mayores porcentajes de su producto interno bruto para ayudas al desarrollo; también con políticas internas de asistencia y seguridad social y con la participación activa de las personas y de la sociedad civil. Es posible mejorar los servicios sociales y asistenciales; ahorrar recursos, eliminando derroches y rentas abusivas, para destinarlos a la solidaridad internacional.
Una posibilidad de ayuda para el desarrollo podría venir desde la llamada subsidiaridad fiscal, que permitiría a los ciudadanos decidir sobre el destino de los porcentajes de los impuestos que pagan al Estado y destinar un porcentaje a la solidaridad para el desarrollo.
Una solidaridad internacional que promueva el desarrollo, se manifiesta en un mayor acceso a la educación. Con este término se designa no solo a la instrucción o a la formación para el trabajo, necesarias para el desarrollo, sino sobre todo a la formación completa de la persona. Pero hay un problema: para educar es preciso saber bien quien es la persona humana, conocer su naturaleza. Si se tiene una visión relativista de la naturaleza, esto plantea serios problemas a la educación, sobre todo al aspecto moral. Cediendo al relativismo, todos se empobrecen más, con consecuencias negativas para la eficacia de la ayuda a las poblaciones más necesitadas.
Un ejemplo de la importancia de este problema es el fenómeno del turismo internacional, que puede ser un notable factor de desarrollo económico y crecimiento cultural, pero que también puede transformarse en una forma de explotación y degradación moral. La situación actual ofrece oportunidades para que los aspectos económicos del desarrollo se combinen con los culturales y educativos, a veces así es, pero en otras el turismo internacional es una experiencia deseducativa, tanto para el turista como para los locales. Se dan situaciones de conductas inmorales y hasta perversas, como el llamado turismo sexual, al que se sacrifican muchos seres humanos, incluso de tierna edad. Además esto ocurre, muchas veces con el respaldo de los gobiernos locales y con el silencio de aquellos otros de donde proceden los turistas y con la complicidad de los operadores del sector turístico. El turismo internacional se plantea de manera consumista y hedonista, como una evasión, esto no favorece a un verdadero encuentro entre personas y culturas. Hay que pensar en un turismo distinto, capaz de promover un verdadero conocimiento recíproco, que nada quite al descanso y a la sana diversión, esto se puede lograr a través de una relación más estrecha con las experiencias de cooperación internacional y de iniciativas empresariales para el desarrollo.

Durango, Dgo. 13 de diciembre del 2009.

+ Héctor González Martínez
Arz. de Durango

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