NAVIDAD 2009

“Les anuncio una gran alegría, les ha nacido hoy un salvador, que es el Cristo Señor”
Celebramos la Navidad: ¡dejémonos sorprender por el misterio revelado y adorémoslo en los benditos brazos de María, quien lo presenta al mundo! El Dios inaccesible se ha hecho don, regalo para cada uno de nosotros, se ha hecho presente en su Palabra que es su Hijo Jesús. De esta manera nos asegura su amor, nos invita a la amistad con Él y se manifiesta una vez más en medio de nosotros.
El nacimiento de Jesús, hace dos mil años, se realizó la ciudad de David, es fue el cumplimiento de la promesa mesiánica. También vino al mundo en un momento concreto de la historia universal, confluyendo así la historia humana y la historia de la salvación. El niño Dios es llamado el Salvador, el Mesías, el Señor, el Portador de la Paz, en contraste a lo que sucedía en el imperio romano. Jesús nació de padres pobres y no tiene un lugar digno para reclinar la cabeza, solo tiene a José y a María quienes le ofrecen lo que tienen: “lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre”. Además este acontecimiento es anunciado solemnemente por el Ángel y le hacen coro el ejército de ángeles del cielo y sus destinatarios son los pastores, representantes del mundo pobre y marginado invitándolos a la alegría desbordante porque es Jesús quien ha nacido.
Contemplemos ahora, la llegada sorprendente del Señor, en medio de todas las situaciones humanas que vivimos y que siembran el desaliento y la angustia. También hoy como hace dos mil años hay signos de contradicción y dominación, no por un emperador como dominador del mundo, sino por una tentación constante a la secularización y al hedonismo y por una dictadura del relativismo que tiene sometida hoy a la humanidad y que “no reconoce nada como definitivo y considera como última medida sólo el propio yo y sus deseos”. Surgen constantemente falsos Mesías, con propuestas de vida nueva, democracia, justicia, libertad, pero que tienen como único criterio el poder, sus propios intereses y su propia verdad.
El mundo pobre y marginado no ha desaparecido, hay más pobres y más pobreza, más inseguridad y violencia. Los obispos en México hemos visto y “Nos desgarra la sangre derramada: la de los niños abortados, la de las mujeres asesinadas, las víctimas de secuestros y asaltos y extorsiones, los que han caído en la confrontación entre las bandas, los que han muerto en la lucha contra el crimen organizado y los que han sido ejecutados con crueldad y con una frialdad inhumana. Nos interpela el dolor y la angustia, la incertidumbre y el miedo de tantas personas que lloran la pérdida de seres queridos. Nos cuestiona más que la indignación y el coraje natural, lo que empieza a brotar en el corazón de muchos mexicanos: la rabia, el odio, el rencor, el deseo de venganza y de justicia por propia mano”.
En contraposición a lo que hoy sucede, Jesús viene como el verdadero príncipe de la paz para todos y quien lo recibe en la humildad de niño en el pesebre, recibe por medio de Él el amor total y definitivo de Dios que transforma completamente la vida y la hace don para los hermanos y fermento de justicia en la sociedad. Hoy Él nos visita y se hace uno de nosotros para liberarnos del temor, de la muerte, de la violencia, de la pobreza, del egoísmo, de la injusticia, de la impunidad y mentira. Mantengamos una actitud de escucha, porque el Dios que “habló de muchas formas en el pasado”, se ha expresado en esta “Palabra”, que es una persona viva, un acontecimiento, su Hijo único.
Dirijamos hoy una mirada de fe al misterio del Niño que nace de María por obra del Espíritu Santo, y descubramos en Él no sólo un mensaje de palabras sino a la misma Palabra hecha carne (Evangelio). Jesús nos dice con su presencia que somos amados tal como somos, a pesar de nuestros pecados, a pesar de nuestras debilidades, incluso nos ama más por eso. Llevemos este anuncio a todos los que nos encontremos y digamos: “¡Vamos, corramos a Belén para que veamos lo que el Señor nos ha manifestado!”

Durango, Dgo. 20 de diciembre del 2009.

+ Héctor González Martínez
Arz. de Durango

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