E P I S C O P E O

La participación del pueblo de Durango en las elecciones del domingo pasado, son una muestra de lo que anhelamos, de lo que queremos y de lo que se puede conseguir cuando se es consciente de que para el bien común, para la justicia, podemos y debemos contribuir todos.
El Papa Benedicto XVI, al dirigirse a nuestro continente, y por ende a México, dice: “… tienen derecho a una vida plena, propia de los hijos de dios, con unas condiciones más humanas: libres de las amenazas del hambre y de toda forma de violencia… sus pastores han de fomentar una cultura de vida que permita… pasar de la miseria a la posesión de lo necesario, a la adquisición de la cultura… a la cooperación en el bien común… hasta el reconocimiento, por parte del hombre, de los valores supremos y de Dios, que de ellos es la fuente y el fin”. El desarrollo auténtico ha de estar encaminado a la promoción de todo el hombre y de todos los hombres. Esto invita a todos a “asumir las graves desigualdades sociales y las enormes diferencias en el acceso a los bienes”. México anhela, nuestro Estado de Durango anhela, sobre todo, la plenitud de vida que Cristo nos ha traído: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”; con esta vida divina se desarrolla también en plenitud la existencia humana, en su dimensión personal, familiar, social y cultural.
Para formar al discípulo y sostener al misionero en su gran tarea, la Iglesia le ofrece, el Pan de la Palabra, el Pan de la Eucaristía: al escuchar la Palabra divina, el corazón arde porque es Él quien la explica y proclama. Cuando en la Eucaristía se parte el pan, es a Él a quien se recibe personalmente. El encuentro con Cristo en la Eucaristía suscita el compromiso de la evangelización y el impulso a la solidaridad; despierta en el cristiano el fuerte deseo de anunciar el Evangelio y testimoniarlo en la sociedad para que sea más humana y justa.
¿Cómo puede contribuir la Iglesia a la solución de los urgentes problemas sociales y políticos y responder al gran desafío de la pobreza y de la miseria? ¿Cómo actuar frente a los problemas de inseguridad y de violencia que hoy se nos presentan? Como Iglesia es fundamental preguntarnos sobre el modo de cómo debemos reaccionar ante estos desafíos. Para esto debemos hablar de estructuras: “Las estructuras justas son una condición indispensable para una sociedad justa, pero no nacen ni funcionan sin un consenso moral de la sociedad sobre los valores fundamentales y sobre la necesidad de vivir estos valores con las necesarias renuncias, incluso contra el interés personal”. Una sociedad donde Dios está ausente no encuentra el consenso necesario sobre los valores morales y la fuerza para vivir según la pauta de estos valores. “Las estructuras justas han de buscarse y elaborarse a la luz de los valores fundamentales, con todo el empeño de la razón política, económica y social. Son una cuestión de la recta ratio y no provienen de ideologías ni de sus promesas”. Se han de buscar de manera racional las respuestas adecuadas y debe crearse el consenso sobre las estructuras que se han de establecer. A todos los laicos católicos, como ciudadanos, o cuando asuman un liderazgo, o cuando desempeñen un servicio en el gobierno, les compete la búsqueda y la formación de estos consensos sobre los valores fundamentales que necesita la sociedad. En este momento debemos fortalecer las estructuras que pueden garantizarnos una mayor democracia, y una nueva etapa de mayor justicia y equidad, de paz y seguridad.
Después de la jornada electoral de este 4 de julio, y ante las normales reacciones de quienes ganaron o perdieron, debemos pensar qué es lo que en este momento necesita nuestro pueblo que ha participado con una gran conciencia democrática, al acudir a las urnas y emitir su voto.
Pedimos al Espíritu Santo y a Santa María de Guadalupe por quienes tienen la responsabilidad en el proceso de las elecciones, para que “conserven la serenidad y la cordura, tengan apertura para escuchar y dialogar”, y se pueda llegar así a una conclusión con la declaración de quienes resultaron electos como nuestros gobernantes y legisladores.

Durango, Dgo., 11 de julio del 2010. + Enrique Sánchez Martínez
Ob. Aux. de Durango
email:episcopeo@hotmail.com

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *