“nuestro planeta no goza de buena salud y, en gran parte, la humanidad ha sido responsable”

En la Sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano, se han congregado, procedentes de distintas Diócesis de la República, 170 personas, Obispos, presbíteros, religiosos y religiosas, laicos y laicas para tener el Encuentro Nacional de Pastoral Social 2010. El tema en el que se han centrado es el Cambio Climático, realidad que preocupa a mujeres y hombres de nuestro tiempo. El objetivo es “fortalecer e impulsar la respuesta de la Pastoral Social a los desafíos que el cuidado de la creación presenta a la misión de la Iglesia en México”.
Ya el Papa Benedicto XVI en su Mensaje anual en la Jornada Mundial por la paz del 1 de enero del 2010, nos urgía en este sentido: “Si quieres promover la paz, protege la creación”. “… aunque es cierto que, a causa de la crueldad del hombre con el hombre, hay muchas amenazas a la paz y al auténtico desarrollo humano integral —guerras, conflictos internacionales y regionales, atentados terroristas y violaciones de los derechos humanos—, no son menos preocupantes los peligros causados por el descuido, e incluso por el abuso que se hace de la tierra y de los bienes naturales que Dios nos ha dado”. En su encíclica “Caritas in veritate”, ha señalado “que cuando se considera a la naturaleza, y al ser humano en primer lugar, simplemente como fruto del azar o del determinismo evolutivo, se corre el riesgo de que disminuya en las personas la conciencia de la responsabilidad. En cambio, valorar la creación como un don de Dios a la humanidad nos ayuda a comprender la vocación y el valor del hombre”. El Papa Juan Pablo II, llamó la atención sobre “la relación que nosotros, como criaturas de Dios, tenemos con el universo que nos circunda. En nuestros días aumenta cada vez más la convicción de que la paz mundial está amenazada, también por la falta del debido respeto a la naturaleza, añadiendo que la conciencia ecológica no debe ser obstaculizada, sino más bien favorecida, de manera que se desarrolle y madure encontrando una adecuada expresión en programas e iniciativas concretas”. Papa Pablo VI apuntó “que debido a una explotación inconsiderada de la naturaleza, el hombre corre el riesgo de destruirla y de ser a su vez víctima de esta degradación… no sólo el ambiente físico constituye una amenaza permanente: contaminaciones y desechos, nuevas enfermedades, poder destructor absoluto; es el propio consorcio humano el que el hombre no domina ya, creando de esta manera para el mañana un ambiente que podría resultarle intolerable. Problema social de envergadura que incumbe a la familia humana toda entera”.
Ante el llamado del Papa Juan Pablo II, de “crisis ecológica y, destacando que ésta tiene un carácter predominantemente ético, hizo notar la urgente necesidad moral de una nueva solidaridad. Este llamamiento se hace hoy todavía más apremiante ante las crecientes manifestaciones de una crisis, que sería irresponsable no tomar en seria consideración. ¿Cómo permanecer indiferentes ante los problemas que se derivan de fenómenos como el cambio climático, la desertificación, el deterioro y la pérdida de productividad de amplias zonas agrícolas, la contaminación de los ríos y de las capas acuíferas, la pérdida de la biodiversidad, el aumento de sucesos naturales extremos, la deforestación de las áreas ecuatoriales y tropicales?… ¿Cómo no reaccionar ante los conflictos actuales, y ante otros potenciales, relacionados con el acceso a los recursos naturales?”
Hoy “el tema del deterioro ambiental cuestiona… nuestros comportamientos, los estilos de vida y los modelos de consumo y producción actualmente dominantes… Ha llegado el momento en que resulta indispensable un cambio de mentalidad efectivo, que lleve a todos a adoptar nuevos estilos de vida… Se ha de educar cada vez más para construir la paz a partir de opciones de gran calado en el ámbito personal, familiar, comunitario y político. Todos somos responsables de la protección y el cuidado de la creación. Esta responsabilidad no tiene fronteras. Según el principio de subsidiaridad, es importante que todos se comprometan en el ámbito que les corresponda, trabajando para superar el predominio de los intereses particulares. Es importante el papel de sensibilización y formación corresponde particularmente a los diversos sujetos de la sociedad civil y las Organizaciones no gubernativas… y de los Medios de Comunicación social en este campo”.
En la Reunión Anual de Pastoral Social han abordado “este tema con una actitud de escucha, atentos a un concierto multidisciplinario de estudios y opiniones de personas conocedoras que nos han ayudado a acercarnos con seriedad a la realidad del Cambio climático, compartiendo con nosotros información acerca de las causas, de los riesgos y de las consecuencias que las ciencias identifican… hemos compartido también horizontes de acción en los intercambios de experiencias que alientan nuestra esperanza al constatar cómo se suscitan iniciativas que impulsan la responsabilidad social hacia la creación y sus bienes. Asumimos esta tarea con esperanza; no sentimos temor ni compartimos ideas catastróficas. La naturaleza no es nuestra enemiga, tampoco es cierto que nunca perdone. Somos nosotros, los seres humanos, quienes deformando nuestra conciencia hemos alterado la armonía original de la relación del hombre y la mujer con el medio ambiente”.
“No hemos sido justos con nuestra madre Tierra, hemos fingido sordera a las voces de las creaturas; hemos atentado contra el aire, el agua y el suelo, cortamos, arrancamos pero no plantamos; pisoteamos, contaminamos, destruimos, nos mueve el ansia de consumir y desechar; hemos perdido el sentido de administradores y hemos olvidado que la Creación nos fue entregada para cuidarla y cultivarla, lamentamos que aún se sobreponga una falsa concepción de dominio y libertad sobre los bienes del planeta a costa de prácticas depredadoras y abusivas de los recursos naturales que simulan un desarrollo humano, pero no hacen más que responder a intereses mezquinos de corrupción y muerte”.
“El Cambio Climático es un signo que nos da incertidumbre; pone al descubierto lo vulnerables que podemos ser, nos presenta un panorama en el que las emergencias serán cada vez más frecuentes y de mayor intensidad; reconocemos una vez más que la pobreza y desigualdad son la mayor catástrofe para los pueblos; no abonemos más los riesgos, no construyamos los desastres con nuestro descuido y apatía, no los agudicemos con la corrupción e impunidad; si caminamos a favor del bien común y hacemos nuestro el principio universal de los bienes, podremos reducir los riesgos; si somos más solidarios y subsidiarios seremos menos vulnerables a los huracanes, sequías. La inversión que hoy se haga en educación, en la promoción de nuevos estilos de vida y en acciones preventivas. Implica costos que son mínimos con los que se hagan para reparar los daños de los desastres, que son una construcción social y que pueden tener su origen en eventos climáticos. Es necesario actuar ya, ante esta realidad no podemos ni debemos quedarnos con los brazos cruzados creyendo que nada nos va a pasar”.

Durango, Dgo., 15 de Agosto del 2010.

+ Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango

email:episcopeo@hotmail.com

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