EPISCOPEO 15 DE JULIO DEL 2012

La obra social de la Iglesia Católica: la caridad es amor recibido y ofrecido

            Desde sus inicios la Iglesia católica ha sido una entidad volcada a lo social, desde el aspecto de más necesitados y desde la caridad bien entendida. La historia es el testigo de esta afirmación.

Porque la caridad es parte de la dignidad de las personas, la Iglesia ha institucionalizado la caridad con la creación, por el Papa Pablo VI, del Consejo Pontificio “Cor Unum”, un instrumento ejecutivo del Papa que gestiona las iniciativas humanitarias en caso de calamidad natural o víctimas de conflictos bélicos. El Papa Juan Pablo II creó en 1984 la Fundación que lleva su nombre papal, fundación para el Sahel (desierto) que lucha contra la sequía y la desertización, ayudando a sus afectados. Y también existe la Fundación Populorum Progressio, Esta última financia cada año un gran número de proyectos en Haití. Se han presentado para la evaluación 230 proyectos, pertenecientes a 20 países, orientados a atender necesidades en diversos sectores: producción (agropecuaria, artesanal y microempresarial), infraestructura comunal (agua potable, letrinas, salones comunitarios), educación (capacitación, dotación de escuelas, publicaciones), salud (campañas preventivas, dotación de dispensarios) y construcción (centros educativos y de salud).

La Iglesia católica actualmente cuenta con misioneros religiosos y laicos de ambos sexos que realizan de forma regular obras sociales, tanto materiales como de apoyo moral y espiritual.

En todas las diócesis del mundo, en los países donde le es permitido, la Iglesia Católica lleva a cabo algún tipo de obra social. La cantidad de Fundaciones o Pastorales parroquiales de ayuda, abarcan estos campos: escuelas, dispensarios, centros de acogida para niños y ancianos, hospitales, centros de rehabilitación de toda índole, leproserías, etc.

            Hoy quiero compartirles un acontecimiento sucedido en una parroquia de nuestra Arquidiócesis de Durango. El pasado 12 de julio, el Sr. Cardenal Don Norberto Rivera Carrera, bendijo e inauguró la Casa Hogar “Santa Elena”, un Asilo para adultos mayores, personas de la tercera edad, en la cd. de Río Grande, Zac. La construcción de esta casa ha sido iniciativa de un grupo de católicos hombres y mujeres, de esas parroquia, guiados por sus pastores los sacerdotes.

            Los mueve su conciencia de creyentes, y es fruto de una comunidad cristiana formada en los valores del Evangelio, con un fuerte compromiso social. Pero no solo es algo de los católicos y para los católicos. Es una obra para todos, especialmente para los más pobres y necesitados, para quienes lo necesiten. Se ha formado una Asociación Civil, apoyados por un club de migrantes “Club Río Grande”, de Chicago Ill., y por los tres órdenes de gobierno federal, estatal y municipal, en el programa 3×1.

            Al mismo tiempo el Sr. Cardenal Norberto, hizo posible que también esta comunidad contara de un Mastógrafo, que ayudará a tantas mujeres que necesitan hacerse una mastografía y prever algún cáncer u otra enfermedad. Se ha formado un Comité para que el servicio se siga prestando.

            Los primeros que tomaron la iniciativa tomaron el testimonio de la  beata Teresa de Calcuta, ella es “un reflejo de la luz del amor de Dios”, ella vivió la caridad hacia todos sin distinción, pero con una preferencia por los más pobres y abandonados. Lo que representa un signo luminoso de la paternidad y de la bondad de Dios. También supo reconocer en cada uno el rostro de Cristo, que ella amaba con todo su ser, dado que al Cristo que adoraba y recibía en la Eucaristía seguía encontrándolo por las calles de la ciudad, hasta llegar a ser “imagen” viva de Jesús que derrama sobre las heridas del hombre la gracia del amor misericordioso. Por qué la Madre Teresa se hizo tan famosa? la respuesta es sencilla: porque vivió de modo humilde y escondido, por amor y en el amor de Dios. Ella misma afirmaba que su premio más grande era amar a Jesús y servirlo en los pobres. Su figura pequeña, con las manos juntas o mientras acariciaba a un enfermo, a un leproso, a un moribundo, o a un niño, es signo visible de una existencia trasformada por Dios.

Hoy el Papa Benedicto XVI nos recuerda que “la caridad es la fuerza que cambia el mundo, porque Dios es amor”. Sigamos transformando al mundo con las obras de Caridad.

Durango, Dgo., 15 de Julio del 2012                                    + Mons. Enrique Sánchez Martínez

Obispo Auxiliar de Durango

Email: episcopeo@hotmail.com

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