“Todo está arreglado, ningún partido o candidato merece la confianza. Así es en Durango?”

El Mensaje de la Arquidiócesis de Durango con motivo de las Elecciones del 2010 en el Estado, contiene temas fundamentales que es necesario resaltar y profundizar. Es necesario no tomar a la ligera, o superficial lo que se dice en el mensaje, quien lo tome de esa manera, no podrá hacer una lectura correcta del mismo. Desde el inicio del documento los obispos queremos hacer resaltar el valor de la Democracia, en este “momento político sin precedentes”, sin duda se refiere a las características de este proceso electoral, pero también a la realidad de pobreza, violencia, falta de empleo, corrupción, desesperanza, miedo, que nuestro pueblo vive. “Contemplamos una gran oportunidad para fortalecer la Esperanza, con la que pretendemos hacer de la democracia un estilo de vida para valorar críticamente las experiencias, aprender de ellas y generar actitudes nuevas que nos permitan decidir el rumbo de nuestra historia”. Estas elecciones “representan para los hombres y mujeres que habitamos este espacio… de nuestro país, interesados en contribuir a la cultura de la democracia, como un importante valor para nuestro pueblo, anhelando que ella sea un valor estable y verdadero y que se vea cimentada en la justicia social, en la que se resalte la auténtica división de poderes y la vigencia del estado de derecho.
Esta es nuestra intención, hacer que quienes van a elegir a sus gobernantes, quieran en verdad la democracia como un estilo de vida, y además que voten por los candidatos que nos puedan conducir por este camino. La realidad de la democracia en el Estado de Durango es aún muy pobre, quizá no hemos iniciado. En general no existe una conciencia política, una cultura de la sociedad para vivir y exigir gobiernos más democráticos. Como que “vivimos al día”, es decir, “Cada vez que se aproximan los comicios electorales, el pueblo despierta a la esperanza, pensando que todo puede cambiar, que las circunstancias pudieran mejorar. Pero… las mayorías permanecen indiferentes y apáticas, resignadas a cargar la pesante loza del conformismo que somete. Realidad nociva que lacera desde hace muchos años el principio del auténtico valor de la democracia…”.
Porqué la indiferencia y la apatía? Porqué el conformismo? Porqué hemos avanzado muy poco en cultura política? El documento presenta actitudes que se han tomado cuando vienen elecciones y plantea fundamentalmente tres posturas contradictorias:
Primero hay “personas que fácilmente se justifican y dan razones para no votar, afirmando manipuleo de los votos, sosteniendo que todo está arreglado y que definitivamente ningún partido o candidato merece la confianza”, es más, hay cierto repudio a los partidos. La verdad es que al ver nuestra historia y a lo que hemos llegado, cuando se ha dado confianza y se ha votado por un partido y un candidato, pero al llegar al poder se olvidaron de las promesas de campaña, jamás regresaron a “cumplir”. La sensación que les queda es que solo fue una manipulación, un engaño. Prueba de ello, y de fecha reciente, varias carreteras secundarias deterioradas por muchos años, que comunican poblaciones numerosas e importantes, cuando iniciaba la campaña, se presentaban los candidatos con máquinas y con discursos para prometer ¡ahora sí, la pavimentación de esta importante carretera! Existen muchas promesas incumplidas a lo largo de los años, han pasado sexenios y gobernantes, se ha cansado nuestro pueblo. Los partidos políticos han perdido credibilidad. Esto es algo muy serio. Lo que fundamentaba su existencia y su acción política ha sido puesta en duda, las ideologías poco a poco han desaparecido o se han ido modificando. Ya no responden a las expectativas de la sociedad. Hoy ellos mismo buscan fincar su presencia y triunfo, por el candidato que presentan, la ideología del partido…. posiblemente ya ni creen en ella. Reflexionaremos en las otras posturas enunciadas en el mensaje.
En “Centesimus annus”, el papa Juan Pablo II, decía: “La Iglesia aprecia el sistema de la democracia, en la medida en que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pacífica. Por esto mismo, no puede favorecer la formación de grupos dirigentes restringidos que, por intereses particulares o por motivos ideológicos, usurpan el poder del Estado. Una auténtica democracia es posible solamente en un Estado de derecho y sobre la base de una recta concepción de la persona humana. Requiere que se den las condiciones necesarias para la promoción de las personas concretas, mediante la educación y la formación en los verdaderos ideales, así como de la “subjetividad” de la sociedad mediante la creación de estructuras de participación y de corresponsabilidad (No 46).
Tenemos la posibilidad de “elegir, controlar o de sustituir” a los gobernantes que nos aseguren o no, una mayor y auténtica democracia en nuestro Estado de Durango: gobernador, presidentes municipales, diputados locales.

Durango, Dgo., 25 de abril del 2010.

+ Enrique Sánchez Martínez
Ob. Aux. de Durango
email:episcopeo@hotmail.com

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